Está en los periódicos nacionales. El obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera, presentó a ante la Corte Internacional Penal, un informe en el que se denuncia la connivencia entre el gobierno de Coahuila que encabeza Rubén Moreira y el crimen organizado. Acusación de violación de derechos humanos, grave y seria acusación contra los funcionarios públicos que el organismo internacional deberá investigar y, en su caso, iniciar un juicio.

El Obispo Vera muy pronto se convirtió en defensor de las víctimas que, hasta la fecha, buscan a sus seres queridos, desaparecidos por delincuentes que eran apoyados desde las instancias judiciales encargadas de la seguridad a los ciudadanos, desde el gobierno de Humberto Moreira. El obispo Vera, con trayectoria de defensor de los grupos sociales más vulnerables, como los indígenas chiapanecos desde su cargo como obispo en la diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, fue la voz más importante para exigir justicia cuando el derrumbe de una mina que cobró más de sesenta víctimas en Pasta de Conchos, en la región carbonífera de Coahuila.   

Desde esos días se hizo presente a los gobiernos moreiristas como el más activo reclamante de justicia social. Ahora ha llegado a la Corte Internacional, y por supuesto está siendo perseguido por el actual gobierno por una supuesta protección a curas pederastas. No podría ser más coincidente y clara muestra de revanchismo por parte de Rubén Moreira. De nada sirve que declare a los medios que no hay persecución, ya los coahuilenses sabemos cómo se las gastan.

Los datos que presenta en su informe ya están en la memoria de los coahuilenses; la masacre de Allende, la facilidad con que los delincuentes usaron la Cárcel de Piedras Negras como centro de operaciones y los desaparecidos de La Laguna, todos ellos producto de una clara connivencia entre policías municipales y presos que purgaban condenas por diversos delitos, de acuerdo con declaraciones ministeriales de ellos mismos, ahora presos en el penal de Nayarit. Confirman que la autoridad les permitía salir en las noches, cometían delitos y regresaban como si nada a su casa, bueno, a la cárcel.

El obispo Vera ha sido distinguido por gobiernos extranjeros y diversas organizaciones de derechos humanos internacionales como un defensor de los grupos sociales más vulnerables del país. Su trayectoria es elocuente en esta cruzada en defensa de los más necesitados desde hace más de dos décadas. No se trata entonces de un político que ataca a sus oponentes, sino de un incansable luchador social.

La del estribo

Los crímenes de lesa humanidad, comunes en gobiernos dictatoriales y despóticos, deberán ser investigados por el Tribunal de la Haya. La negra y larga noche de Coahuila aún no termina, y con la elección de un fiscal anticorrupción a modo y posiblemente un nuevo gobernador adecuado a los Moreira, los coahuilenses tenemos enfrente un futuro de tinieblas. Únicamente con la organización política y social de las mayorías podría revertirse ese futuro amenazador. El Frente por un Coahuila Digno podría ser una buena opción de fortalecimiento cívico independiente de los caprichos de Palacio Rosa. Pero tal parece que sus integrantes están en lo suyo, los votos y las próximas elecciones. El martes de la semana pasada en la Plaza de Armas hubo una reunión convocada por organizaciones de la sociedad civil y empresariales para exigir alto a la corrupción y la impunidad; se observó un ambiente de buenos ciudadanos, ahora lo que se necesita es coraje y determinación.        

La querella infinita
Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx