El miedo del Partido Republicano

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El miedo del Partido Republicano

Ayer por la noche se llevó a cabo el primer debate del año entre los precandidatos del Partido Republicano que buscan la nominación para competir por la presidencia de Estados Unidos. Lo que vimos fue un espectáculo que brilló por la falta de propuestas y que parece que busca causar miedo y angustia. De acuerdo al teólogo y filósofo Paul Tillich, la angustia es el sentimiento doloroso por no poder resolver una amenaza y de esa incapacidad es que nace el miedo. Eso fue lo que ayer entregaron los precandidatos republicanos en su debate al pueblo norteamericano.

Si bien es cierto que se tocaron (superficialmente y sin propuestas concretas) temas como desempleo e impuestos, el tema central de este ejercicio fue seguridad (o más bien la falta de esta) y la necesidad de fortalecer al ejército para destruir a sus enemigos. Irán, Corea del Norte y países musulmanes con regímenes extremistas fueron el pretexto para oír a los siete precandidatos decir una y otra vez que Estados Unidos está en riesgo, que la libertad de sus ciudadanos está amenazada y que en general su modo de vida corre peligro.

¿Por qué hacer un “debate” en el que todos los participantes dicen lo mismo? (Todos concuerdan en que hay que fortalecer al ejército, a los sistemas de inteligencia, endurecer las medidas migratorias, tener más presencia en el Medio Este, apoyar la Segunda Enmienda para que todos los estadounidenses tengan un arma para defenderse y, como dijo Jeb Bush, “lograr la paz a través de la fuerza”) La respuesta no es sencilla pero podemos encontrar su fundamento en el Leviathan de Thomas Hobbes al decir que “el miedo es lo que mueve a los seres humanos a someterse a la voluntad del Estado” por lo que más que una realidad parece tratarse de una estrategia política.

¿Será cierto que el gobierno del Presidente Obama ha sido tan ineficaz que no puede garantizar el American way of life o que Hillary Clinton representa el punto más débil de la política norteamericana? Eso le tocará decidir a los votantes en las elecciones presidenciales de este año. Lo que sí creo es que no es justo sembrar miedo y angustia en una población para lograr un fin político.