El mercado financiero y su mensaje

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El mercado financiero y su mensaje

La recuperación del indicador de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), así como la llegada del banco francés BNP Paribas, indican la confianza que se tienen en el sector financiero mexicano, y desde luego, en su maltrecha economía. En el caso del indicador de la BMV que ha llegado casi a los 50 mil puntos, se ha dado un claro mensaje de confianza en que México saldrá adelante pese al proceso político de junio 6 y que alcanzará un crecimiento económico por arriba del 5% del producto interno bruto para regresar a los niveles económicos de 2019 en tres años. Los indicadores bursátiles no sólo de México, sino del mundo, toman una prospectiva de seis meses y sobre esa conjetura establecen si compran o venden instrumentos financieros. El mercado nacional ha generado una perspectiva positiva que ha creado ganancias promedio por arriba del 12% anual, muy atractivo comparado con otras opciones de inversión como los certificados de la tesorería mexicana o las cuentas de ahorro de la banca comercial. En el caso del banco francés, la señal es clara, México tiene capacidad para incrementar el volumen de negocios financiero, pues sólo el 36.9% de la población tiene acceso a servicios financieros. El dato anterior deja en claro que aún faltan muchas personas por tener acceso a los servicios bancarios y por ende, hay mucha oportunidad de negocios, sobre todo ahora que la penetración del internet pueda llegar al 90% de la población. Entonces sí, habrá una verdadera revolución financiera, donde los bancos extranjeros también podrán participar. Además, el crecimiento económico de los países de manera natural dará la oportunidad a todos los mercados financieros del mundo de recuperarse plenamente en los siguientes cinco años, de acuerdo a los expertos.

La explicación del boom financiero nacional, además de que forma parte de la recuperación mundial, tiene características propias que no se habían conjuntado desde la crisis del 2009. Por ejemplo, el tipo de cambio se ha mantenido estable, pese a algunos altibajos derivados de las elecciones en Estados Unidos y los cambiantes precios del petróleo, y la perspectiva es que se mantenga alrededor de los 20 pesos por dólar al menos hasta mediados de 2022, cuando las inyecciones de dólares a la economía norteamericana empiecen a generar procesos inflacionarios. Un periodo relativamente largo de calma en el tipo de cambio que da certidumbre total a los inversionistas internacionales. Otro factor de expansión financiera, en este caso del mercado accionario es que las empresas “sobrevivientes” a la pandemia han salido muy reforzadas, pues ante la quiebra de más de un millón de negocios, sus mercados se han ampliado y en algunos casos, se han vuelto casi monopolios. Es obvio que los inversionistas han notado este hecho y por eso se ha dado el frenesí de compras accionarias. La revalorización de las acciones de los bancos, supermercados y empresas de telecomunicaciones, ha atraído inversiones que llegan casi a duplicar las prexistentes y aumentar el valor de las acciones hasta un 40% dentro de los sectores mencionados anteriormente. Por si fuera poco, el futuro es prometedor porque la misma falta de créditos y apoyos empresariales para la creación de nuevas empresas, es muy limitado o caro, y por ello la banca comercial tiene mucho dinero que prestar, pero a tasas que no resultan atractivas para los potenciales empresarios.

La captación del ahorro de las personas se ha incrementado exactamente en un 10% en depósitos a la vista, como lo reporta BBVA, dejando en claro que escasez de dinero no hay, lo que es un problema es la circulación del mismo, que de acuerdo al Banco de México se ha reducido un poco menos del 2%. La gente prefiere ahorrar que gastar ante la incertidumbre que sigue generando la pandemia y eso ha dado como resultado una mayor demanda por instrumentos de protección patrimonial. A pesar de que al 9 de abril (último reporte) de este 2021 las salidas de capitales medida por el total de los valores gubernamentales en manos de extranjeros alcanzaron los 117 mil 305.07 millones de pesos, ya representan sólo un 6.2% con respecto a lo que se tenía al cierre del 2020. Este dato proporcionado por el banco de México ya establece que la salida de capitales ha disminuido su velocidad porque las señales financieras han mejorado. Buenas noticas porque a pesar del ambiente político actual, los agentes económicos han dejado de lado la guerra que viven los partidos políticos para comprender que las oportunidades financieras están fuertes ahora y en los siguientes meses.

Si a todo lo anterior se añade que el mundo entrará en un proceso de crecimiento por al menos tres años, las condiciones para incrementar la confianza en la parte financiera de México, están dadas. Sin embargo, los mercados de inversión reducen las posibilidades de creación de empresas, pues los inversionistas buscan las ganancias rápidas que este mercado pudiera dar en estos momentos. A mayor inversión financiera, la tendencia es a una menor formación de empresas porque el capital se concentra en los mercados de ahorro, donde las empresas medianas y grandes tienen mayor participación. Las empresas existentes refuerzan sus posiciones monetarias y se hacen más fuertes, mientras que la formación de nuevas empresas se hace muy lenta o casi inexistente. Ni el microempresario invierte porque detecta la falta de circulante que implica el boom financiero. En conclusión, los mercados financieros hay que aprovecharlos para incrementar el patrimonio personal o empresarial, pero hay que tener en cuenta que generan una mayor concentración de la riqueza tanto en las empresas como en los ahorradores. Es un mercado excelente para invertir cuando se dan condiciones como las actuales. Las correcciones del mercado se darán más tarde vía la tasa de interés, pero esos ya son otros datos, que se analizarán posteriormente.