El Día de San Valentín se celebra todos los 14 de febrero y representa el día de todos los enamorados. 

Por ejemplo, yo estoy locamente enamorada de un “San Valentín” de ojos color esmeralda, guero; no es tan alto pero si muy fuerte, me protege y me cuida. Además, es un poco más peludo de lo que normalmente prefiero, el es muy hermoso ¡y lo amo! 

Se preguntarán quién es ese humano y por qué me tiene loquita de amor. A lo cual les responderé, ¿quién dice que “ese alguien” debe ser humano? Él se llama Sancho y es mi lindo perro.

MI SAN VALENTÍN ES PERRO 

Para todos los que estamos “enamorados” de un canino peludo preguntémonos por qué estamos tan locos por nuestros perros:

Ellos nos saludan con mucha alegría cada vez que llegamos a casa, mueven su cola como dándonos la bienvenida, nunca qué queja de lo que y cómo cocinamos, nunca dejan la tapa del inodoro arriba. ¡Lo máximo!

Siempre están de buen humor para acompañarnos a todas partes y disfrutar de largas caminatas, nos ayudan a limpiar la casa, nos mantienen calientita la cama y nunca nos roban las cobijas. 

Ellos jamás pelean con nosotros por el programa de televisión que queremos ver, y comparten la misma creencia de que no hay nunca una mala hora para una siesta.

MI SAN VALENTÍN ES GATO 

Al igual que los perros, los gatos también tienen su encanto porque ellos no nos juzgan, nos protegen, van con nosotros a todas partes de la casa, nos acompañan a trabajar en la compu, claro, algunas veces se dan una buena siesta encima de ella, ahhh pero eso a quién le importa. 

Ellos no son alérgicos a los gatos. Buen punto. Nos hacen reír por sus posturas graciosas al dormir, por sus caídas inexplicables, se esconden en lugares inimaginables, son aventureros y a las chicas nos encanta los chicos “malos”. 

Nos dejan regalitos todo el tiempo y para ellos somos lo más importante. 

AMOR DEL BUENO

Si estás pensando en tener un nuevo compañero de bigotes y cuatros patas por favor rescátalo, adóptalo y nunca compres. 

Y recuerda que tu mascota debe estar: desparacitada, vacunada, y esterilizada. Y tiene que llevar siempre su collar con su plaquita de identificación. ¡Eso es amor!

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