El Medio ambiente, otro frente en el T-MEC; presión a México para cumplir compromisos verdes

Este rubro es estratégico para los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, mientras que en México se han dado pasos hacia atrás
Central. La actual administración de México no ha tomado acciones claras en materia de medio ambiente, lo cual podría acarrear conflictos con sus socios comerciales. EL UNIVERSAL

CDMX.- A casi un año de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se incrementan las presiones de organizaciones y del gobierno estadounidense para que México cumpla con los compromisos ambientales que suscribió. Estas obligaciones, que se enlazan sobre todo con el tema energético, implican el riesgo de que se inicie un panel de controversia en contra que termine en represalias comerciales contra productos mexicanos de exportación.

A pesar de que en el T-MEC no se incluyeron responsabilidades del Acuerdo de París, hay disposiciones que pueden vincularse con ese convenio en materia de emisiones contaminantes, como los recientes cambios al marco jurídico mexicano de los sectores eléctrico y de hidrocarburos.

Otro punto relevante es que para Estados Unidos el tema ambiental se encuentra entre las prioridades de la agenda del presidente Joe Biden. Hace unas semanas, la encargada de la Representación Comercial estadounidense (USTR, por sus siglas en inglés), Katherine Tai, dijo a funcionarios mexicanos y a legisladores de su país que harán cumplir los compromisos en materia ambiental que se firmaron en el T-MEC.

Tai expuso que Norteamérica debe liderar en materia de acciones contra el cambio climático y el T-MEC debe servir como una plataforma de prosperidad y cooperación, lo que incluye reducir emisiones, utilizar tecnologías limpias e innovadoras, definir la agenda contra la crisis climática, así como combatir el tráfico de especies, basura marina, tala y pesca ilegales, entre otros puntos.

En su discurso ante los funcionarios que asistieron al encuentro de la Comisión de Libre Comercio del T-MEC, en mayo pasado, Tai relacionó el tema energético con los compromisos ambientales del tratado.

En esa ocasión afirmó que es necesaria “una política energética que respete las inversiones estadounidenses, que sea consistente con los esfuerzos para combatir el cambio climático y que impulse los esfuerzos de facilitación comercial”. Sin embargo, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, negó que el gobierno estadounidense haya ligado el tema medioambiental con la política energética mexicana.

“El presidente [estadounidense] Biden tiene interés en que se trabaje en el cumplimiento de asuntos climáticos, no lo relacionaron a una cuestión energética, sino en términos generales”, expuso la funcionaria.

SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS

El próximo 1 de julio se cumple un año de vigencia del T-MEC y, aunque todavía no hay ningún panel o solicitud de revisión contra México en materia ambiental, en el ámbito laboral ya se registraron dos reclamos del gobierno de Estados Unidos. A pesar de ello, especialistas señalaron que existe una alta posibilidad de que a México se le reclamen incumplimientos en materia ecológica.

Por una parte, la socia del despacho RRH Consultores, Samantha Atayde, consideró que existe “la posibilidad de que lleven a México a un panel en el que la carga de la prueba quedará en manos del acusado”.

Si se agota el diálogo, manifestó, la herramienta para hacer cumplir el capítulo es un panel de solución de controversias y, de comprobarse un incumplimiento, “puede llevar a una represalia comercial”. En el capítulo 24 inciso 4 del T-MEC se estableció que “ninguna parte dejará de aplicar efectivamente sus leyes ambientales a través de un curso de acción o inacción sostenido o recurrente en una manera que afecte al comercio o la inversión entre las partes, después de la fecha de entrada en vigor de este tratado”.

“Esto quiere decir que no basta con tener leyes de contaminantes ambientales, de protección o conservación de la flora y fauna silvestre, sino que hay que aplicarlas de manera efectiva”, destacó Atayde. El espíritu del capítulo ambiental es comprometer a las partes para que se realice un comercio de bienes y servicios que considere un desarrollo sostenible.

Para la especialista en comercio exterior, no debe olvidarse que los estadounidenses tienen observadores o agregados comerciales en México que revisan el cumplimiento del acuerdo trilateral. Afirmó que, aunque no se puede reclamar a México un incumplimiento del Acuerdo de París, hay vínculos respecto al tema del cambio climático.

En el acuerdo mencionado, México se planteó reducir las emisiones de gases efecto invernadero en 22% para 2025, mientras que en la última reunión el gobierno federal mantuvo el mismo objetivo para 2030.

COMPROMISOS AMBICIOSOS

El experto en energía sustentable y consultor del banco de desarrollo alemán KfW, Emiliano Detta, señaló que México tiene el primer lugar en Latinoamérica como contribuyente de emisiones contaminantes industriales, y tres cuartas partes de sus residuos se pierden en tiraderos. Además, entre 2001 y 2018 el país perdió al equivalente a 10 veces el área de la Ciudad de México por la reforestación.

El próximo 1 de julio se cumple un año de vigencia del T-MEC y, aunque todavía no hay ningún panel o solicitud de revisión contra México en materia ambiental, en el ámbito laboral ya se registraron dos reclamos del gobierno de Estados Unidos. ESPECIAL

El artículo tercero transitorio de la Ley de Transición Energética, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2015, estableció que las metas de participación mínima de energías limpias por año en la generación total de México en 2024 serán de 35%. A pesar de ello, la política energética del actual gobierno incluyó cambios a las reglamentaciones y leyes con la intención de frenar la entrada de nuevas plantas de energías limpias y que privilegiaron la generación con combustibles fósiles. Sin embargo, las modificaciones se frenaron por la vía de amparos.

Sobre esas modificaciones, diversos organismos, asociaciones y sindicatos estadounidenses han presionado al gobierno de su país para que actúe en contra de las decisiones que se han tomado. Una de esas instancias es la Alliance for Trade Enforcement, que representa a diversas organizaciones estadounidenses relacionadas con el comercio exterior, que en marzo de 2021 envió una carta a la representante comercial de su país, Katherine Tai, afirmando que “México se ha comprometido a reducir las emisiones contaminantes en 35% de los gases de invernadero y en 70% las emisiones de carbón para 2030”.

Ante ello el grupo alertó que “cualquier acción para privilegiar la participación de Pemex y de Comisión Federal de Electricidad por encima de la inversión privada en energía y sobre los existentes acuerdos de compra de energía, disminuirán la velocidad de adopción de tecnología de fuentes limpias y el progreso hacia el alcance de las metas de reducción de emisiones”.

ASUNTO ESTRATÉGICO

El académico del Tec de Monterrey y consultor en comercio internacional y políticas públicas, Jorge Molina, recalcó que el tema ambiental es clave para el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden, así como para el partido demócrata. El también responsable de la redacción del texto del Acuerdo Ambiental requerido por el Congreso de EU para aprobar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) dijo que el T-MEC no sólo tiene que ver con un acuerdo comercial, sino que se trata de una cuestión estratégica para los países socios.

Molina afirmó que el T-MEC establece mecanismos de cumplimiento mucho más detallados para evitar un incumplimiento, y “es un texto más detallado y amplio que el anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte”.

“En el capítulo ambiental hay más detalle en protección del medio ambiente, como pesquerías, comercio de productos reciclables, subsidios, atención al cambio climático, protección a la tierra y de la capa de ozono”, agregó el académico.

Lo que se cuida en el T-MEC tiene que ver con dos aspectos, mencionó. Por una parte, evitar que se abaraten los productos de exportación al producirse sin sustentabilidad —contaminando— y, en segundo lugar, “tiene una advertencia: ¡Aguas! Si no se cumple, hay posibilidades de llegar a un panel”.

Con esos mecanismos que obligan al cumplimiento, el mensaje está claro para México, dijo: si el país sigue desatendiendo sus compromisos y obstruye el desarrollo de energías limpias, prácticamente le abrirá la puerta a una queja o panel innecesario, que además le generará costos al gobierno federal.

POSTURA OFICIAL

Hace unas semanas, al emitirse la Declaración Conjunta sobre la Reunión Inaugural del Comité de Medio Ambiente del T-MEC, en la cual los gobiernos se comprometieron a garantizar los niveles de protección ambiental y la aplicación efectiva de las respectivas leyes, reglamentos y políticas ambientales de las partes, tal como lo dice el tratado. Días después, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, reiteró que México tiene un compromiso en materia ambiental.

Afirmó que es necesario que el nuevo modelo de reactivación económica incluya el desarrollo sostenible, la reducción de emisiones contaminantes, acciones contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad.