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El mecanismo de Anticitera y su misterioso origen
La Isla de Anticitera está ubicada al sur del Peloponeso y al norte de Creta, en Grecia. Además de su belleza natural, privilegiadas aguas cristalinas e historia, sus tierras guardan tesoros invaluables para la humanidad.
El mecanismo de Anticitera es uno de esos tesoros, siendo una de las computadoras analógicas más antiguas del mundo que datan de los años 150 y 100 A.C. De acuerdo a los estudios e investigaciones entorno a ella, se sabe que su sistema de engranaje y reloj fue utilizado para predecir posiciones astronómicas, eclipses solares y hasta para marcar el tiempo de cuatro años para los Juegos Olímpicos.
El descubrimiento
En 1900 una expedición de buzos tenía como objetivo recolectar esponjas marinas cerca de la Isla de Anticitera, sin embargo, el descubrimiento fue mucho más allá. Las más de 82 piezas encontradas fueron trasladadas al Museo Arqueológico Nacional de Atenas, donde algunos años después comenzó a revelarse la trascendencia de este artefacto, mismo que tiene apenas el tamaño de una caja de zapatos.
Después de haber sido estudiado por un sinfín de expertos, se dijo que se trata de la primera computadora analógica de la historia. Y es que la atracción y conmoción por este objeto es sorprendente al contar con tecnología muy avanzada al tiempo de su creación.
Los primeros en examinar con gran detalle cada uno de los fragmentos recuperados, a partir de 1950, fueron el físico inglés Derek J. de Solla Price y el físico nuclear Charalampos Karakalos. Ambos tomaron imágenes con rayos X y rayos gamma, con los cuales se dieron cuenta de que dentro había 27 ruedas de engranaje que volvían aún más complejo su funcionamiento.
Muy avanzado para su época
Un reporte del Instituto de Ciencias Físico Naturales del Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d'Estudis i d'Investigació, de Valencia, España, detalla que los mecanismos de relojería del nivel del encontrado en Anticitera no habían sido desarrollados en esas fechas, pues la aparición de los primeros relojes astronómicos europeos fueron hasta el siglo XIV.
Actualmente el objeto continúa en resguardo y siendo estudiado como un mecanismo invaluable para el descubrimiento de la historia de la humanidad y sus avances tecnológicos a lo largo del tiempo.
Si bien la gran incógnita seguirá siendo quién fabricó este objeto y bajo qué condiciones y conocimientos, lo cierto es que su elaboración ha comprobado una vez más que la Grecia de hace dos milenios es una de las culturas más creativas e inteligentes en cuanto a su desarrollo en los campos como la astronomía y las matemáticas.