MONTERREY.- Martín Rodríguez Chávez, tenía 22 años cuando llegó a Monterrey ilusionado, sin embargo, en lugar de eso encontró tres años tras la rejas y la muerte. Es uno de los 49 reos que perdió la vida, durante la masacre en el Penal del Topo Chico.

Los hechos ocurriereron el pasado 10 de febrero. Emma Rodríguez Chávez es la mamá del fallecido, originario de la colonia Misión Cerritos, en Saltillo, Coahuila.

Recordó que su hijo era albañil y se mudó a Monterrey en busca de más oportunidades laborales. Sin embargo, agentes ministeriales lo detuvieron y acusaron de rlacionarse con el narcotráfico.

“Pero a él no le comprobaron nada y hasta los tres años, tres meses le revocaron la sentencia y faltaban  cinco meses para saliera, según ellos”, compartió la mujer.

Consideró injusta la manera en cómo murió Martín, porque aunque hubiera sido culpable “el penal es para reintegrar no un matadero”.

GOLPES Y TABLAZOS
El domingo anterior, al día de los hechos, fue la última ocasión en que Emma vio a su hijo. “Lo vi una semana antes de que pasara esto, un domingo, él me decía que ya iba a salir estaba bien contento”, compartió.

Mencionó que en diciembre le revocaron la sentencia por falta de pruebas, ella le dijo que lo mejor era que solicitara los servicios de un abogado, pero él no quiso.

“Él me dijo que era inocente y que iba a salir por la puerta grande porque no debía nada”, evocó.

Agregó que su hijo fue una víctima porque cuando lo encarcelaron lo culparon de delitos que no cometió.

“Lo agarraron, lo tuvieron arraigado 15 días golpeándolo, torturándolo durante una semana y la siguiente semana agarraron a cuatro, no sé quiénes serían, y los juntaron y armaron el caso” y detalló que cuando su hijo no aguantó las torturas firmó una hoja en blanco.

“Y ahí fue donde  le pusieron armas, droga, camionetas blindadas y no sé que tanto”, indicó. Manifestó que su hijo era soltero y ella es madre soltera por lo que su situación difícil.

PAGABA CUOTA
Casi cada semana, Emma venía de Saltillo a visitar a su hijo en el penal.

La corrupción que dicen imperaba en el interior alcanzó a la familia de Martín.

“Le pedían 10, 15 o 20 mil pesos. Me llamaba, me decía llorando que tenía que traer ese dinero y si yo no traía ese dinero me lo tableaban; mi hijo no se podía ni sentar para mi es mucha injusticia todo esto”, expresó entre sollozos.

La madre de familia comentó que se enteró de la tragedia mediante una llamada de un familiar quien lo vio en la televisión y que de inmediato se trasladó a Monterrey y cerca de las 2 de la tarde, el nombre de su hijo fue publicado en la lista de los reos muertos. “Yo me desmayé”, recordó.

Desde ese momento, la vida de Emma y su familia ha sido un calvario, las autoridades les brindaron ayuda para dar sepultura al joven y consideran que no es suficiente.

Compartió que la autopsia decía que su hijo murió de un golpe contuso en la cabeza, sin embargo, su cuerpo estaba todo “tasajeado”.

Declaró que ahora viajó a Monterrey para ver al abogado Aurelio Galindo, demandará a las autoridades.

Afirmó que lo que está pidiendo solo es lo justo porque su hijo está enterrado en un panteón municipal,  que solo es por cinco años y luego de ese tiempo va a tener que pagar.

“Por lo menos queremos que le den una sepultura digna”, externó.