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El mayor fabricante de móviles sustituye a 60 mil trabajadores por robots
La revolución robótica ha desembarcado oficialmente en China. La multinacional taiwanesa Foxconn, el mayor fabricante de móviles del mundo, que ensambla terminales de casi todas las marcas, entre ellas Apple y Samsung, ha decidido reemplazar a 60.000 de sus trabajadores chinos por robots. Las máquinas realizarán las tareas más mecánicas y repetitivas de la cadena de montaje. La empresa ha informado a medios locales y a la BBC de que su centro de producción en la localidad de Kunshan, cercana a Shanghái, seguirá necesitando a seres humanos, pero no ha especificado si los trabajadores reemplazados serán despedidos.
Con esta operación, Foxconn, una empresa que trabaja con gigantes tecnológicos como Acer, Apple, Amazon y Samsung, sustituye al 55% de su plantilla (reduce los empleados de 110.000 a 50.000) en una de sus 13 fábricas distribuidas en nueve ciudades chinas, según informa el diario local South China Morning Post. La firma, que emplea a más de un millón de personas, ha descartado que el proceso de automatización se traduzca en una reducción de la plantilla. "Muchas de las tareas asociadas con nuestras operaciones seguirán automatizándose", ha revelado la empresa en declaraciones a la BBC, en las que ha subrayado que los robots se encargarán únicamente de los trabajos más repetitivos.
"Cada vez hay más empresas propensas a hacer lo mismo", ha declarado Xu Yulian, el director de publicidad de la empresa para la zona de Kunshan. La firma sostiene que la segunda fase de esta operación será formar a los empleados para que desarrollen tareas más específicas y complejas. "Mediante la formación permitimos a nuestros empleados centrarse en elementos de mayor valor añadido, como la investigación y desarrollo, el control de procesos de calidad", informó.
Otras tecnológicas tienen planes parecidos
Kunshan es una de las regiones más importantes de China en cuanto a producción de ordenadores y móviles, donde se hallan unas 4.800 empresas que aportan el 60% del PIB de esta ciudad, y el plan de automatización de Foxconn no ha sido el único del sector. Los diarios locales destacan que otras 600 grandes compañías de la zona tienen planes parecidos. Mientras que en otra región de China, el Guangdong, desde septiembre de 2014, más de 500 firmas han invertido 4.200 millones de yuanes (563 millones de euros) en robots, con el objetivo de sustituir a miles de sus trabajadores.
Y es que las advertencias sobre la pérdida de trabajo causada por los autómatas fueron objeto de debate del último foro de Davos de enero. Entonces los economistas y expertos del Foro Económico Mundial acuñaron el lema de la "cuarta revolución industrial", para explicar que debido al proceso de automatización peligrarían unos cinco millones de empleos en el mundo de aquí a 2020. Por su parte, la Federación Internacional de Robótica calcula que en los próximos dos años se venderán más de 8.000 robots "ayudantes" o "humanoides" que podrán realizar las tareas cotidianas de la oficina y del hogar.
Según todos los informes del sector, los empleos más vinculados con tareas repetitivas serán los que serán sustituidos con más facilidad por los robots. Los grandes almacenes de Amazon en Estados Unidos son uno de estos casos. En los almacenes del gigante del comercio electrónico trabajan miles de obreros anónimos, que recogen de entre las estanterías los productos para llevarlos a los empleados, que se encargan de empaquetarlos y pasarlos a los repartidores. Según el banco estadounidense Bank of America Merrill Lynch el valor global del mercado de la robótica alcanzará unos 142.000 millones de euros en 2020, siendo actualmente de 32.000 millones.
FOXCONN, UNA EMPRESA MARCADA POR LA PRESIÓN A SU PLANTILLA
Foxconn, además de por ser uno de los mayores fabricantes de piezas para móviles del mundo, también es conocida por las denuncias respecto a las condiciones laborales de sus trabajadores y la elevada tasa de suicidios entre sus empleados. En 2010 la firma estuvo en el punto de mira internacional por los 18 casos de suicidios, que justificó abrir una investigación sobre las prácticas laborales en el grupo.
En la mayoría de los casos, se trataba de jóvenes empleados de menos de 25 años que comenzaban a trabajar en la compañía, por lo que medios de comunicación y analistas culparon a Foxconn de ejercer mucha presión entre los empleados con largas jornadas de trabajo. A raíz del escándalo, la firma taiwanesa anunció una subida del sueldo del 66% a los trabajadores de sus líneas de ensamblaje.