El malestar gozoso
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El malestar gozoso
Me considero una persona positiva, pero cómo en ciertas etapas, me surge el desánimo, y en ocasiones la queja o negatividad. Cómo toda embarazada, me han sucedido cosas que me han hecho desenfocarme y olvidarme de la gran bendición que vivo, y es que la queja es cómo un virus, te duele algo y al rato te duele todo. Claro que el embarazo es un estado milagro, y me siento muy bendecida de que Dios me haga partícipe de este gran milagro de la vida, pero claro que hay días un poco más cansados, o incluso conozco a mamás que tienen mucho malestar físico e incomodidad que a veces les impide ver el gran gozo que viven. Hace poco, mientras platicaba con uno de los sacerdotes que más admiro, el Padre Tavo Elizondo, me hacía recordar cómo dentro de la bendición y el don de Dios, existía cierto malestar pero era un malestar gozoso. Me encantó el término y quise compartírselos.
Y es que en cuántas ocasiones vivimos un malestar gozoso. Podría ser un embarazo; el cansancio agotador de los niños pequeños; el desgaste de levantar un negocio o empresa; soportar o resolver cierta situación o crisis; reponerse de algún tratamiento en cierta enfermedad; algún ciclo que se cierra; cierta experiencia que nos aporta mucho pero que también duele... Pero sólo nos enfocamos en el malestar, en eso que no tenemos, eso que nos falta, eso que carecemos. Nos dejamos inundar por esa incomodidad, y dejamos de disfrutar de ese gozo maravilloso. Y es que en toda experiencia y en toda situación, Dios nos bendice y para todo busca darnos un bien mayor.
Cada experiencia que nos hace crecer, ya sea física, emocional, espiritual o intelectual, requiere ciertas renuncias y malestares, pero todo el camino y toda la lucha contiene gozo por lo que se desea obtener. Cada batalla incluye malestares y gozos, cada experiencia contiene renuncias y heridas. Pero es importante dejar de enfocarnos en el malestar, y disfrutar del gozo. Si nosotros nos enfocamos en ver, pensar, y re direccionar constantemente la mirada hacia lo bueno, podremos ver más y disfrutar más del gozo que del malestar.
¿Estás viviendo algo complicado? ¿Estás viviendo una bendición? Busca el gozo y ofrece el malestar por las personas que sufren algo mayor. Estoy segura que en lo que estás viviendo, hay mucho de crecimiento, de bendición y de cosas buenas. Deja de quejarte y de hablar más de lo mismo. Recuerda que la mente es demasiado poderosa y a medida que te enfoques en eso, atraerás más de lo mismo.
Elimina las preguntas, elimina el porqué. Disfruta del gozo que estás viviendo, seguramente es un don que se te ha dado por el cual has pedido mucho, has deseado mucho, has esperado bastante. No permitas que por el hecho de tenerlo en este momento, dejes de valorarlo, porque puede ser que un día ya no lo tengas. Creo firmemente que esto que tanto te produce incomodidad o queja, puede ser algo que te traerá un bien, una bendición o algo que aunque ahorita no lo entiendas, viene a traerte un aprendizaje. Entrena tu mente para ver el gozo, y acepta el malestar pero no dejes que te inunde e impregne de negatividad en todo lo que vives.
Recuerda que si cambias la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma. Que ese malestar, sea la herramienta que te haga valorar y sentirte agradecido por las cosas buenas que hay en tu vida, las personas valiosas que te quieren y te rodean, y las bendiciones que Dios te ha dado.