Además de majestuoso, el Castillo Windsor es usado por la realeza británica ante las emergencias. Se trata de un lugar de descanso para los fines de semana y días festivos, pero también es una fortaleza a la que la Reina Isabel II puede acudir en caso de alguna contingencia, como en el caso del COVID-19.   

El Castillo de Windsor encuentra muy cerca de Londres. Se localiza en el condado de Berkshire y fue construido sobre lo que fue un castillo medieval del siglo XI. Ha fungido como residencia real de varias generaciones de los Windsor.

No es un lugar alejado como su residencia de verano “Castillo de Balmoral” o la de invierno en Sandringham. 

Este proyecto arquitectónico está catalogado como el más caro de la Edad Media en Inglaterra.  Además, ha sido elegido como el lugar de resguardo para el monarca más longevo en nuestra actualidad. 

Durante 2009, por la crisis a causa de la Influenza A-H1-N1, la familia real británica usó este castillo como búnker. Entre las paredes de este inmueble la Reina Isabel II y su familia se resguardaron por casi 3 meses. 

Como verdadera fortaleza, el Castillo de Windsor ha sobrevivido a importantes acontecimientos históricos como la Guerra Civil Inglesa y la Segunda Guerra Mundial. 

En su interior, este recinto cuenta con grandes y lujosas salas y habitaciones de estilo georgiano tardío, llenos de color y lujo, además en su interior está la Capilla de St. George donde en mayo del 2018 se casó Meghan Markle y el príncipe Harry.

Por si fuera poco, este inmueble alberga  importantes obras de artistas como Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel Buonarrotti.