A poco más de un año de la aparición del COVID-19, hoy el mundo cuenta con al menos nueve vacunas validadas, sin embargo, la producción global de las vacunas ha sido más lenta de lo esperado, lo que a su vez implica que un número bajo de personas han recibido la misma.

Incluso países con un importante desarrollo económico han vivido un proceso de vacunación con obstáculos, como Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Luxemburgo, Noruega, Suiza, Austria o Irlanda. Los países más poblados del mundo, China y la India, apenas llevan el 1.2 y 3.6 por ciento de la población vacunada y otros países que tienen controlado el proceso de contagio como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, ni siquiera han iniciado la vacunación, al parecer esperando a que haya mayor disponibilidad de dosis y los costos bajen.

Quizá las únicas excepciones de procesos de vacunación amplios son los de Israel (89 por ciento), Emiratos Árabes Unidos (62 por ciento), Reino Unido (31 por ciento), Estados Unidos (23 por ciento), Serbia (22 por ciento) y Chile (20 por ciento), el resto de las naciones se encuentra por debajo del umbral del 20 por ciento de vacunación e incluso se puede decir que la gran mayoría de los países se encuentra por debajo del 5 por ciento de la vacunación.

Lo paradójico es que la mayor parte de los países de ingresos medios y altos ya compraron millones de vacunas a los principales productores, pero las mismas no han sido entregadas y en su desesperación los países firmaron con las compañías contratos con cláusulas desfavorables, que le permitían a éstas retrasar la entrega sin penalizaciones. 

Se ha hablado mucho acerca del proceso de acaparamiento, lo cual es cierto, hay países que ya adquirieron más dosis de las que necesita su población, algunos incluso tienen hasta 5 vacunas por persona, el gran problema es que muchas de esas vacunas sólo se tienen en contrato.

El ejemplo más claro es Canadá, que tiene contratos con varias compañías y la suma de vacunas adquiridas supera en 5  a su población, sin embargo, de todas ellas le han entregado un porcentaje menor y ello es claro si se ve el avance en su proceso de vacunación, ya que apenas lleva el 5.4 por ciento de su población, poco más del doble del porcentaje de México. De hecho, en números totales, Canadá ha vacunado a menos personas que México, a pesar de tener contratadas varias veces más vacunas.

Gran parte de los problemas en el proceso de vacunación de México pueden ser atribuibles al Gobierno Federal, aunque en honor a la verdad no todos, nuestro país, como los demás en el mundo, están buscando vacunas por todos los lados y lo cierto es que la producción no ha podido hacer frente a la demanda tan grande.

Quizá lo único positivo es que en algunos meses, cuando en el mundo avance más el proceso de vacunación, la disponibilidad de vacunas será tan amplia que todos los países, incluso los más pobres, podrán recibir dosis, algo similar a lo que pasó con los cubrebocas, que primero hubo una escasez global y hoy se pueden conseguir en masa en cualquier tienda, incluso en las de conveniencia.

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