‘El juego de la vida’; el éxito empieza en la voluntad del triunfo

Usted está aquí

‘El juego de la vida’; el éxito empieza en la voluntad del triunfo

Para mi entrañable amigo Felipe de Jesús Balderas. Hombre íntegro. Visionario. Maestro fuera de serie. ¡Felicidades!

El próximo domingo 7 de febrero será un día especial para los aficionados al futbol americano, ya que se celebrará la final del campeonato de la liga nacional (NFL), conocido en México como el “Supertazón”, el cual enfrentan los campeones de la Conferencia Nacional (NFC) y de la Conferencia Americana (AFC), duelo que se viene desarrollando desde 1967. 

LEGENDARIO

En este contexto, hoy traigo a colación las enseñanzas de una persona considerada como el mejor entrenador de futbol americano de todos los tiempos, al imprimir a este deporte un estilo recio, sumamente competitivo, y a sus jugadores una férrea e inflexible disciplina que también ha servido en el ámbito empresarial, me refiero al legendario Vincent T. Lombardi (1913-1970).

Tan grande fue su influencia y su perecedera mentalidad ganadora que hoy el trofeo que se entrega al ganador del Super Bowl se denomina “Vince Lombardi”.

Para Vincent las cosas perdurables y valiosas eran: la dedicación para la excelencia, la dedicación para la victoria, y la dedicación para hacer el mayor esfuerzo que nosotros podamos hacer con nuestras vidas, para lograr del mundo un mejor lugar para vivir.

Lombardi sembró la semilla del liderazgo en los deportes, de ese cuya génesis reside en una cualidad espiritual: el poder de inspiración. Fuerza convincente que provoca que otros crean en objetivos concretos, ímpetu que estimula a las personas a comprender que lo notable “no es el hecho de ser derribado, sino la férrea voluntad de levantarse”.

Fue Lombardi quién supo explicar que “perder el balón, también significa perder el juego”, y que, si se desea triunfar, es imprescindible “dar un segundo esfuerzo”, intentar de nuevo, en este sentido Lombardi solía decir: “Si tú crees que estás derrotado, lo estás; si tú crees que no te atreves, no lo harás. Si te gusta ganar, pero crees que no puedes vencer, es casi un hecho que vas a perder. Si tú crees que vas a perder, estás perdido; porque en este mundo encontramos que el éxito empieza en la voluntad del triunfo”.

LEGADO

Los aficionados a este deporte saben que bajo sus órdenes los Empacadores de Green Bay, ganaron cinco campeonatos en siete temporadas. También están conscientes que su récord como entrenador en jefe en esa franquicia fue de 98 triunfos, 30 derrotas y cuatro empates desde 1959 hasta 1967, y que su logro total en la NFL está escrito así: 105 triunfos, 35 derrotas y seis empates, cifras que incluyen la campaña de 1969, en que dirigió a los Pieles Rojas de Washington.

LO ALTO

Lombardi supo conquistar el alma de sus jugadores, motivándolos permanentemente a dar lo mejor de sí mismos, a jamás rendirse, a buscar el respeto de los aficionados, contrincantes y compañeros, mediante el testimonio basado en un arduo trabajo, a ver los problemas como oportunidades, a entrenar hasta el límite de las propias fuerzas, casi hasta el agotamiento total; en fin, a poner la mirada muy en lo alto. Lo cual no sólo me parece una excelente manera de enfrentar los retos que cualquier deporte impone, sino, sobre todo, creo que es una maravillosa forma de vivir la vida.

EJECUTAR…

Lombardi también enseñó a sus jugadores que no hay sustituto a la práctica; que es la constancia lo que hace al campeón, que se gana cuando hay pasión por eso que se emprende, que hay que partir de lo básico: saber realizar bien los conceptos elementales del juego como lo son bloquear y taclear.

Lombardi sabía que, más allá de la planeación, lo que distingue a los ganadores en el terreno del juego es el poder de la ejecución de las jugadas, y eso se alcanza cuando se tienen en mente, con claridad, los objetivos trazados, planeados.

Esta cultura debería ser trasladada al ámbito empresarial, en donde desgraciadamente se suele obviar lo elemental, en donde muchas veces se ignora la razón de ser del mismísimo negocio.

Solamente hay que pensar la calidad del servicio que cotidianamente recibimos para darnos cuenta de esta realidad, para percibir que tan alejadas se encuentran muchas organizaciones de su fundamental propósito. De lo básico.

Comparto un escrito clásico de Lombardi que ha servido de inspiración a quienes se han propuesto no sólo a ser deportistas excepcionales, sino también mejores personas:

LO ÚNICO IMPORTANTE

“Ganar no es un algo que se presenta algunas veces, es un algo que sucede en todo tiempo, no se gana de vez en cuando, ni las cosas se hacen bien de vez en cuando, sino que se hacen bien en todo momento, ganar es un habito, desafortunadamente para algunos también lo es perder.

Definitivamente no hay espacio para un segundo lugar, sólo existe un lugar en mi juego y ese es el primero. He finalizado dos veces en segundo lugar durante el tiempo que llevo en Green Bay, y mi intención es jamás volver a terminar en segunda posición. Existe un partido de futbol para un segundo lugar, pero es un partido para perdedores. Es y siempre ha sido un objetivo de todos los que nos consideramos ganadores, el ser primero en todo lo que hagamos, ganar, ganar y ganar.

(…) El manejar un equipo de futbol no difiere del manejo de cualquier otro tipo de organización, el ejército, un partido político, un negocio, los principios son los mismos. El objetivo es ganar, vencer al otro. Tal vez esto suene duro o cruel, yo no lo creo.

Es una realidad de la vida que los hombres son competitivos y que los juegos o partidos más competitivos atraen a los hombres más competitivos. ¡Por eso están ahí, para competir! Conocen perfectamente las reglas y los objetivos cuando salen a jugar. La meta es ganar limpia, honesta y decentemente acorde a las reglas, pero ganar es lo único.

Y en verdad, nunca he conocido a un hombre que, con el tiempo, y muy dentro de su corazón, no apreciara el empuje y la disciplina. Existe un algo en todo buen hombre que lo impulsa hacia la disciplina y a la cruda realidad del combate frente a frente.

No digo estas cosas porque crea en la naturaleza bruta del hombre o que los hombres deban ser brutalizados para ser combativos o competitivos. Yo creo en Dios y en la decencia humana, pero también creo firmemente que el mejor y mayor momento de cualquier hombre, su logro más grande y su mayor satisfacción, es aquel momento sublime en que después de haber trabajado arduamente con todo su empuje, esfuerzo, dedicación y corazón a favor de una causa noble, se encuentra exhausto en el campo de batalla, ¡victorioso!

Lo importante en la vida no es ganar... sino que, ganar es lo único importante”.

EL SECRETO

Ciertamente en estos tiempos existen personas que desean salir adelante sin pagar el precio mediante el esfuerzo y el sacrificio, buscando lo fácil, lo cómodo. Lo que ellas ignoran es que, al final del camino, siempre se paga el precio, de una manera o de otra. 

Lo fenomenal es elegir la senda personal sabiendo que en el juego de la vida no existen los caminos cortos, los atajos, es comprender que toda gloria implica disciplina, esfuerzo y dedicación. Y, por supuesto, que siempre se ha de triunfar humanamente, sin dañar a nadie, ni a nada.

Bien lo decía Tolstoi “el secreto de la felicidad no consiste en hacer siempre lo que se quiere, sino de querer siempre lo que se hace”, para lo cual se requiere humildad, paciencia, férrea voluntad y disposición para florecer entre las dificultades y las espinas. Siempre teniendo en cuenta que se pude –debe– prosperar jugando limpio, sin dañar al prójimo, perennemente solidarios y con un buen afán con los vulnerables.

Insisto, jugar sin humillar a nadie; jamás haciendo sentir menos a persona alguna y, sin olvidar que, si se extravía el sentido de la existencia se pierde el maravilloso juego de la vida mismo que, por alguna misteriosa razón, hemos sido convocados a jugarlo.
 

cgutierrez@tec.mx

Programa Emprendedor Tec de Monterrey  Campus Saltillo

No existen los caminos cortos, toda gloria implica disciplina, esfuerzo