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El 'Joven caballero' de Carpaccio, al descubierto y restaurado en el Thyssen
Más de un año de delicado trabajo necesitó la restauración de "Joven caballero en un paisaje", de Vittore Carpaccio (c.1505), una de las obras emblemáticas del madrileño Museo Thyssen-Bornemisza, que ahora se expone en una instalación especial en la sala 11 de la colección permanente.
La restauración de esta obra se decidió el año pasado tras recibir una petición por parte de la National Gallery de Washington, que preparaba una exposición con motivo del quinto centenario de la muerte del pintor veneciano y que se retrasó a 2022 por la pandemia.
"Se decidió prestar por primera vez el Carpaccio a un museo fuera de nuestro país", explica el director artístico del Thyssen, Guillermo Solana, en la presentación este lunes de la obra restaurada.
Esa petición "sirvió para acometer la limpieza del cuadro y el estudio técnico, para que luciera de otra manera en la retrospectiva de Washington" y aunque la exposición se postergó, las labores de restauración siguieron adelante.
Así de espectacular ha quedado nuestro querido caballero de #Carpaccio tras su restauración.
El resultado se puede disfrutar desde hoy en la sala 11@RestauraThyssen #CentenarioBarónThyssen
Con la colaboración de @CulturaCMadrid https://t.co/VoatCQLK5v pic.twitter.com/fz7g76mtqz— Museo Thyssen (@MuseoThyssen) May 17, 2021
Los trabajos de restauración fueron llevados a cabo a la vista del público por Alejandra Martosa y Susana Pérez, que explica que durante todo ese tiempo pudieron realizar todos los procesos compartiéndolos con los visitantes. Y para hacerlo, agrega, se puso "la ciencia al servicio del arte".
"Necesitamos saber toda la información sobre cómo se hizo esta obra, con qué materiales, en qué disposición y estado estaba la pintura y en qué situación de conservación estaba la tela de soporte, todo ello después de 500 años", recalca Pérez, que insiste en que "ha sido una labor especialmente delicada porque esta obra tenia unos materiales y una tela muy fina".
En primer lugar, se procedió a la estabilización del soporte del cuadro, consolidando zonas frágiles de la capa pictórica. Se eliminó el barniz envejecido y amarilleado que cubría la superficie alterado por el efecto lumínico y las combinaciones cromáticas originales. Además, se restauró el marco italiano que realza y protege la pintura.
Los análisis de materiales, las radiografías y reflectografías y otras herramientas de investigación permitieron estudiar la pintura en profundidad para conocer con detalle, por un lado, el método de trabajo del artista, y por otro, obtener la información necesaria para acometer la restauración.
Este cuadro se incorporó a la colección Thyssen en 1935. Una parte de su atractivo y encanto reside no solo en su superficie, colores y dibujo, sino en lo misterioso del cuadro.
Hay diversas teorías sobre la identidad del retratado. "Hace unos años un profesor veneciano, Augusto Gentili, propuso que el joven caballero era Marco Gabriel, que habría perecido decapitado. Sería un retrato póstumo como modelo de caballero cristiano en competencia con el infiel. Una alegoría de la lucha entre el bien y el mal", precisa el jefe del área de Restauración del Thyssen, Ubaldo Sedano.
El cuadro restaurado se presenta junto a un vídeo que explica e ilustra la intervención y los resultados obtenidos gracias al estudio técnico que acompaña a toda restauración, recogidos también en una publicación monográfica.
La muestra forma parte del programa de exposiciones y actividades organizadas con motivo del centenario del nacimiento del barón Thyssen-Bornemisza, como un homenaje, pues fue él quien encargó por primera vez una restauración a fondo del cuadro.