El infierno más cerca del cielo

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El infierno más cerca del cielo

Parece que no sería México si no nos topáramos con perros merodeando en las calles o ladrándonos desde una azotea mientras caminamos por las banquetas. ¿Por qué nos ladran tanto esos perros? El ladrido es la única manera en que un perro puede comunicarse con nosotros, y pueden manifestar muchas emociones diferentes a través de él. Tal vez ese perro que te ladró desde una azotea el día que fuiste por las tortillas no la esté pasando tan bien allá arriba.

Normalmente la gente recurre a dejar a su perro viviendo en la azotea por falta de espacio en casa o de un patio. Sin embargo este estilo de vida para un animal de compañía tan dependiente de su dueño puede ser muy estresante y cruel para él. En primer lugar al dejar a tu can en la azotea queda expuesto a las inclemencias del clima; frío, lluvia, calor y sol y viento en exceso. En segundo lugar es difícil que te des cuenta si a tu can le falta comida o agua porque ¿Cuántas veces al día subirías a la azotea de tu casa? Ni hablar de limpiar popo y pipí allá arriba. Con el tiempo tu perro comenzará a sentir ansiedad por pasar tanto tiempo solo en un espacio prácticamente reducido y sin compañía, por lo que se volverá más inquieto (o hasta violento) cuando te vea, o comenzará a ladrar a la gente, aullar en la noche… Imagina lo estresante que es para ellos estar allá arriba en una noche de tormenta escuchando truenos, o en una noche de fiesta escuchando los fuegos artificiales y sin poder refugiarse en ningún lado. Se ha sabido también de muchos animales que caen por accidente de las azoteas, lesionándose o perdiendo la vida. Mucha gente los amarra para evitar esto, pero también terminan lastimándose el cuello al forcejear e intentar moverse más de lo que la cadena o correa le permite. Imagina cuántos animales hay muriendo en las azoteas de nuestro país; de hambre, sed, insolación, accidentes…

Por todas estas razones, antes de tener una mascota debes considerar muy bien si cuentas con el espacio que puede necesitar un perro, tomando en cuenta lo mucho que puede crecer o la actividad física que demandará con el paso del tiempo. Las excusas más comunes son “creció mucho”, “se portaba mal”, “me embaracé y ya no puedo tener al perro adentro” entre muchas otras, la lista es muy larga, y la gente se pone creativa cuando se trata de inventar excusas para evadir una responsabilidad.

El abandono de animales en azoteas es maltrato animal y  ya es considerado un delito; en algunos estados de México, el tener a tu perro en la azotea puede costarte una condena de hasta 2 años de cárcel, o 200 salarios mínimos como multa. En Saltillo puedes hacer una denuncia (visita la página de la Fiscalía General del Estado para saber más). O bien puedes ir personalmente al edificio de la FGE región sureste localizada en la carretera a Torreón, edificio amarillo al lado de la PRONNIF para poner la denuncia y darle seguimiento.

Blue por ejemplo es un perro criollo talla grande, que necesita un hogar con mucho espacio para jugar.

Él junto con los perritos de Brigada Rescate cuentan contigo para encontrar un hogar con mucho amor.

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