El infierno en la tierra (Parte 1)

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El infierno en la tierra (Parte 1)

La semana pasada, se viralizó en redes sociales el video de un activista llamado Arturo Islas Allende quien hace labor principalmente en defensa de aquellos que no tienen voz; los animales. Él se encarga de investigar y visibilizar casos de maltrato animal alrededor de nuestro país para crear consciencia, hace videos e incluso exhibe a personas y a las autoridades para orillarlos a atender los casos y hacer algo al respecto. En fin de año por ejemplo, viralizó el video de un Husky que fue abandonado a su suerte dentro de una jaula en un balcón del último piso de una torre de apartamentos de la CDMX mientras su familia estaba de vacaciones, pero ese es otro tema del que hablamos en nuestra columna “El infierno más cerca del cielo”. Hoy vamos a hablar sobre el infierno en la tierra; las perreras.

Esta última ocasión, Arturo recibió el reporte del estado deplorable en el que se encuentra la perrera de García, Nuevo León y sin pensarlo dos veces se armó de valor y acompañado de su celular entró para encontrarse con animales muertos dentro de sus jaulas y en pésimo estado. El video que mostraba las condiciones terribles en las que estaban los animales y la prepotencia del personal tuvo miles de visualizaciones, mucha gente lo comentó y compartió llena de indignación. Aunque las autoridades se tardaron en dar la cara, finalmente el domingo esa perrera fue clausurada.

Ante el problema de la sobrepoblación de animales en las calles, nuestro país creyó que la solución era crear este tipo de lugares en donde perros y gatos pudieran ser recolectados por cuestión de “imagen urbana” y salubridad. Sin embargo, lo que menos les importa es el bienestar de los animalitos y lo que pase con ellos después de cruzar la puerta. Necesitaríamos muchas páginas para contarte a detalle sobre estos lugares, por eso decidimos dividir este tema en 2 columnas.

No todos los municipios en el país cuentan con perreras. En Saltillo por ejemplo, existe Control Canino y la Perrera Municipal. Tan solo en Control Canino se sacrifican alrededor de 600 animales al mes, y se estima que en la perrera la cantidad sea muy parecida. Eso da un aproximado de 300 animales a la semana. En 2020 con muchísimo esfuerzo logramos aproximadamente 30 adopciones, jamás podríamos lograr 300 a la semana. ¿Y tu vecin@ todavía cree que es buena idea cruzar a su perro en el patio o comprar un perro por internet? No pues… “Wow”.

FOTO: CORTESÍA / Chocoroll y todos los perritos de Brigada Rescate esperan encontrar un hogar donde los quieran mucho y donde puedan compartir todo el amor que tienen para dar.

 

Es importante entender que al final del día estos lugares son regulados por el gobierno y sus recursos así que con eso podrás darte una idea de todo. Mediocridad, prepotencia, indiferencia, desvío de recursos y burocracia son solo algunas de las cosas que pueden conforman su engranaje. Aunque en cada lugar es diferente, la dinámica de las perreras suele ser la siguiente; reciben reportes de animales vagando y ellos van a recolectarlos para llevarlos al lugar. El maltrato comienza desde el momento de la captura. Los avientan, los golpean y los someten. Incluso hay gente que voluntariamente va y abandona a sus animales ahí. Los perros de raza no están exentos… de hecho es muy común encontrar San Bernardos, labradores y Huskies en esos lugares, por nombrar algunas razas. Al llegar al lugar son depositados en jaulas que apenas tendrán las dimensiones del animal, muchas veces por falta de espacio amontonan a varios en una sola jaula en donde todos hacen sus necesidades y si ocurre un milagro, alguien las limpiará o les aventarán comida de vez en cuando. La norma indica que el animal tendrá 72 horas después de su captura para que sus dueños los reclamen (en caso de haberse extraviado) o que ocurra un milagro más y alguien los adopte. Después de estas 72 horas el animal debe ser sacrificado. Nos encantaría decirte que es una muerte tranquila con inyección letal que no les causa sufrimiento, y aunque es lo que dicta la norma desde el 2015, no siempre es así. Muchas perreras prefieren ahorrarse el dinero e implementar otros métodos como la electrocución (mojan a los animalitos y les ponen las pinzas de baterías de carro viejas en la base de la cola y de la nuca para darles descargas eléctricas. Muchos animalitos pueden tardar en morir así que suben el voltaje de la corriente eléctrica al punto en que no mueren electrocutados sino quemados). De más está decir la tortura que eso es y lo mucho que sufren. Este método fue legal de 1996 al 2015, para luego ser prohibido pero… si hay alguien que sabe violar sus propias leyes es el gobierno y sus instituciones, sobre todo cuando hay dinero de por medio. Este método se conocía en la norma como “electrosensibilización” dentro del capítulo “Trato humanitario para el sacrificio de los animales de compañía”. Las personas que aprobaron esa basura evidentemente no tenían un concepto claro de lo que “humanitario” o “sensibilización” significa. Preocupante que personas así anden por ahí escribiendo leyes.

Es un tema delicado y si elegimos ser tan crudos al hablar de él es porque muchas veces necesitamos eso para entender y tomar consciencia. Es algo que muchísima gente ni siquiera sabe que pasa y estamos seguros que de saberlo, estarían haciendo algo al respecto. Te esperamos la siguiente semana para seguir conociendo el problema, porque es la única manera de poder atacarlo como se debe.

Chocoroll y todos los perritos de Brigada Rescate esperan encontrar un hogar donde los quieran mucho y donde puedan compartir todo el amor que tienen para dar. Esperamos que sigas leyendonos y que nos acompañes en nuestras redes sociales. Búscanos en Facebook e Instagram como Brigada Rescate Saltillo. #Juntosdejamoshuella.