El INE, la Oposición, AMLO y la sociedad mexicana

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El INE, la Oposición, AMLO y la sociedad mexicana

Cuando AMLO sostiene que “No tenemos que esperar a 2018 para transformar a México”, está ignorando de nueva cuenta la ley, puesto que su conducta se encuadra dentro del supuesto de los “actos anticipados de campaña”. López Obrador lleva para nuestra desgracia, 20 años tratando de transformar a México, sí, pero intentado remontarnos 80 años al cardenismo más depredador e infructuoso sin demostrar hasta la fecha, además, el origen de su fortuna con la cual ha movilizado a cientos de miles de personas durante todo ese tiempo. AMLO, un experto manipulador de la autoridad por medio de un manejo efectivo de las masas, supo intimidar e imponer su capricho como cuando invadía pozos petroleros en

Tabasco o bloqueaba carreteras u organizaba marchas multitudinarias en el DF o secuestraba el Paseo de la Reforma adoptando lucrativamente el papel de víctima por un supuesto fraude electoral o simplemente despreciaba en su calidad de Jefe de Gobierno, a la sociedad capitalina al etiquetarla como la “marcha de los pirrurris” cuando ésta protestaba en gigantescas manifestaciones callejeras en contra de la delincuencia, de los secuestros, de las mutilaciones de menores, de los pagos de incuantificables recompensas…” 

López Obrador mandó “al diablo a las instituciones de la República”, ya descalificó al INE de cara al 2018, adelantándose a una nueva derrota electoral en el evento que la voluntad popular no volviera a favorecerle, catástrofe emocional insuperable de cara a su narcisismo que otra vez descontrolado podría inducirlo a provocar un incendio nacional. ¿México?

¡Qué más da México! AMLO no podría resistir otro vacío de poder. Propondría que nos hundiéramos juntos aun cuando hubiera sido derrotado por millones de electores. ¿Más? Lanzó también anticipadamente la candidatura de Delfina Gómez como gobernadora del Estado de México en 2017 con el pretexto de ser “Defensora de la soberanía”, un pretexto político insultante aceptado también por la autoridad electoral y por la oposición, ambas, por lo visto, intimidadas ante el poder exhibicionista de AMLO, quien somete a sus críticos al encuadrarlos como parte de “la mafia del poder”. ¡A callar! ¡Eres mafioso!, dicho sea como un gran maestro de la escuela fascista italiana que amordazaba a la oposición dividiéndola entre buenos, obviamente los que lo siguen dentro del esquema de una rígida intolerancia partidista puesto que en Morena no se mueve una hoja sin su autorización y malos, corruptos y despreciables, quienes se oponen a sus designios tiránicos…

Pobre de nuestro país gobernado por la pandilla priísta y más pobre aún cuando surgen políticos como AMLO y sus colaboradores que proponen vender el avión presidencial para detonar el crecimiento económico de México. Pero, ¿dónde acaba la responsabilidad de un AMLO que vendría a gobernar con recetas sacadas del bote de la basura y con aliados como la CNTE y el sindicato de Luz y Fuerza, entre otros grupos más de indeseables y dónde comienza la culpa de un país de reprobados incapaz de distinguir los embustes verborréicos de las afirmaciones técnicamente demostrables?

El caldo de cultivo es el idóneo para el desastre: una autoridad electoral intimidada, una oposición inútil, un demagogo, un Chávez mexicano y un electorado mayoritariamente desesperado, frustrado, enfurecido o ignorante, como los que se forjan en las aulas mexicanas. ¡Cuánto peligro!

fmartinmoreno@yahoo.com