El horror económico del senador Monreal

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El horror económico del senador Monreal

Desde el fin de semana pasado y hasta el día de hoy, la efervescencia causada por la propuesta del senador Ricardo Monreal para realizar cambios a las políticas del Banco de México para recibir y cambiar dólares a pesos, no hizo menos que evidenciar su poco o nulo conocimiento de la forma en que operan los bancos centrales, y desde luego, su poco conocimiento del funcionamiento de la economía nacional desde la perspectiva macroeconómica.

El punto de partida de esa propuesta viene dado por el exceso de dólares que algunos participantes del sistema financiero han manifestado tener recientemente, como banco azteca principalmente y otras organizaciones financieras que han sufrido por la pandemia, un cambio importante en su manejo de la moneda norteamericana. Aunque resulte difícil de creer, el problema fue por un exceso de dólares que estos bancos y organizaciones financieras no han podido cambiar a pesos para poder mantener su efectivo y continuar sus negocios. Para que se entienda mejor, cada vez que alguien manda dólares a México, los bancos necesitan tener una corresponsalía en Estados Unidos para poder cambiar esos dólares nuevamente y poder mantener su inventario de pesos. Sin embargo, el problema se manifiesta cuando las organizaciones mexicanas no tienen corresponsalías y no tienen quién les cambie esos dólares que ellos ya han cambiado a pesos. Entonces, se quedan con dólares que no pueden circular y sus reservas de pesos disminuye, reduciendo la cantidad de dinero con la que pueden hacer negocio. Además, la pandemia aceleró esta situación porque los paisanos mandaron más dólares y otros tantos se vinieron a México a pasar la pandemia acá, trayendo y recibiendo los dólares que el presidente norteamericano Donald Trump mandaba a los hogares de aquel país como apoyo.  De esta forma, México ha recibido durante la pandemia una cantidad record de remesas que ha puesto mucha presión a los bancos sin corresponsalías.

Por lo anterior el senador propuso que el Banco de México cambiara sus estatutos para poder recibir literalmente, dólares en efectivo y poner en marcha toda esta situación que ha demostrado no ser nada acertada al nivel que ni los propios miembros de la 4T la han apoyado. Monreal argumenta que estos cambios favorecerán a las personas porque tendrán un tipo de cambio más alto, incrementando su disponibilidad de efectivo.

El horror de Monreal radica en que al no conocer el sistema económico del Banco de México, propuso que captara los dólares en efectivo sin tomar en cuenta que por cada dólar que capta, tiene que emitir a la masa monetaria 20 pesos. En cálculos muy conservadores se habla que el Banco tendría que emitir 800 mil millones de pesos más por esta “idea”, desequilibrando ahora sí, a todo el sistema. No sólo es volver a Banxico una casa de cambio y darle obligaciones fuera de magnitud para las que no está preparado, sino también quitarle la gran credibilidad que ha desarrollado a lo largo del tiempo. El efectivo podría venir de actividades ilícitas.

El manejo de dólares en efectivo requiere un gran aparato tecnológico y de seguimiento financiero para el que están preparados los bancos de primer piso. Por ello, el secretario del tesoro de Estados Unidos dijo que sería terrible para la relación bilateral permitir que el banco central mexicano tomara efectivo sin verificar su procedencia. Sobre todo, porque el narcotráfico usa dólares en efectivo para sus transacciones. El secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera dijo que no era necesario hacer cambio alguno a la ley porque el 99.3% de las operaciones de transferencias de remesas de los paisanos está bancarizada. El argumento central del senador Monreal para la propuesta es que era “mucho el dinero” que los paisanos traían o mandaban a México y esto ocasionaba un desbalance total en el sistema económico de México. No hay peor argumento que ese porque derriba el equilibrio macroeconómico que se tiene hasta el momento. Otro dato importante, el gobernador del Banco de México dijo que de enero a septiembre de este año se captaron 4 732 millones de dólares a través de todas las organizaciones financieras del país. Por todos los datos anteriores, ¿realmente vale la pena hacer todos los cambios propuestos? En realidad es muy poco el monto en dólares en efectivo por el que se está haciendo todo este embrollo.

Ahora bien, la falta de dinero en el gobierno federal, y las necesidades de corto plazo que se tienen, a la luz de las elecciones de 2021, están fomentando conductas nada adecuadas para la confiabilidad del sistema financiero mexicano. Lo que no se ha dicho es que los cambios permitirían manejar al mismo tiempo las reservas internacionales e invertirlas, como dice la propuesta, en proyectos de infraestructura que generen recursos para el erario nacional a la vez que las reintegra. Es necesario recordar que desde el inicio del sexenio ya se hablaba de la utilización de las reservas internacionales para proyectos productivos, y en su momento, fue rechazada por unanimidad, pero después de esta contingencia sanitaria, todo ha cambiado. Se necesita echar mano del dinero, donde quiera que esté, para poder cumplir promesas de campaña reales, de gran envergadura que incidan en la percepción de bienestar de los mexicanos.

A pesar de que ya se pospuso la votación de la ley hasta febrero del 2021, se sigue insistiendo en la importancia de ella por parte del senador. Y al parecer este tema no va a desaparecer de la agenda nacional hasta que los diputados decidan si vale o no la pena sacrificar el Banco de México por un capricho del senador. Los números dejan en claro que su propuesta es una receta para el desastre económico de mediano y largo plazo para México.

Profesor de Tiempo Completo Facultad de Economía, UAdeC