‘El Habitante’: De posesión y traumas

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‘El Habitante’: De posesión y traumas

Fotos: Especial
El elenco y director de la cinta de horror mexicana, platicaron con VANGUARDIA sobre cómo darle a las posesiones demoníacas un giro original

Es la tarde fría de un lunes. Un día descolorido por un cielo gris que no ha dejado ver el sol. Parece que se avecina una tormenta y un aire helado corre por los pasillos de Videocine, moviendo las ramas y tensando el ambiente. La prensa espera entrevistar al elenco y director de la cinta “El Habitante”, producción mexicana, realizada por Guillermo Amoedo, uruguayo que ha escrito varios guiones para Eli Roth. Con miedo a la lluvia, los organizadores nos mueven a un lugar techado, un cuarto blanco, alargado, como el ala de algún hospital abandonado, donde descansa un promocional de “Eres Mi Pasión” y al fondo el del filme que nos reúne ese día: una cruz al revés, dentro de la cual hay una niña en silla de ruedas sin pupilas en los ojos. Todos salen y me quedo solo ahí, por alguna razón nadie más quiere resguardarse del agua. Prefieren mojarse antes que quedarse solos con la niña.

No se me aparece nada, pero no me puedo dejar de pensar en la película. Aunque trata sobre una posesión demoniaca, no es como otros filmes de este subgénero. Aquí tres hermanas (María Evoli, Vanesa Restrepo, Carla Adell) entran a robar a la casa de un político y su mujer (Flavio Medina y Gabriela de la Garza), quienes tienen a su hija (un escalofriante y fabuloso papel de Natasha Cubria) amarrada en un sótano. El ser que vive dentro de ella juega con los traumas de las protagonistas y las lleva al límite al enfrentarlas con el pasado de un padre abusivo, sin tener que girar la cabeza 360 grados. 

El señor Amoedo sabía lo que hacía y basta con verlo hablar para darse cuenta. Hizo una exhaustiva investigación sobre exorcismos, posesiones y rituales satánicos reales y tenía bien claro que no quería emplear los clichés del subgénero. Medina, De la Garza y Evoli, a quienes me toca entrevistar junto al cineasta, coinciden en que él fue el mejor guía para hacer un filme de posesiones donde lo sobrenatural no es necesariamente lo más aterrador. 

La niña de cartón me observa, la tormenta nunca llega pero el sol no sale. Espero que me llamen a la entrevista antes de que comience a meterse en mi cabeza.

¿De todos los subgéneros de terror por qué elegir el de posesiones demoníacas? 

Guillermo Amoedo (GA): “Originalmente el proceso creativo a veces te lleva por caminos que uno no planifica, pero la idea original surgió por este grupo de ladronas que entran a robar a una casa de un político, una persona muy poderosa, y se encuentran en el sótano con algo que las termina convirtiendo en víctimas. A partir de ahí surgió el tema de la posesión demoniaca, de la niña poseída. A partir de ahí es ver cómo hacemos algo novedoso con un género del que sacan muchas películas por año. Así surgió la idea de buscar este personaje antagónico del demonio, que trabaje de una forma que no sea la típica película de exorcismos donde hay vómitos y trepan por las paredes y esté todo físico y efectista, sino que se metiera a la mente de los protagonistas, escarbar en sus traumas, sus debilidades y se aprovechara para destruirlos. Eso me pareció más interesante. A través de la investigación, aparte que también hubo mucha, fueron surgiendo las ideas, lo que es la concepción del demonio, es decir, de Satanás y los demonios, porque hay muchos demonios debajo de Satanás. A partir de cómo trabaja es el tema de que fueron surgiendo ideas de cómo avanzar la película y fueron nutriendo un poco el guion”.

¿Cómo hacen para que el drama que hay detrás sea incluso más aterrador que el propio elemento sobrenatural?
GA: “Es una película de terror, pero para hacer que una película de terror funcione debes tener personajes de los que el público se encariñe y con los que empatice. Yo creo que son dos cosas que van de la mano, para que funcione cualquier tipo de película, pero al ser terror, para preocuparte uno tiene que interesarse en los personajes, para sentir miedo con ellos. Entonces la construcción de ellos está también basada en el poder que tiene el demonio. En cuanto más oscuros sean sus secretos, más poder va a tener el demonio para manipularlos. Fue la idea un poco ahí, regulando, qué es lo peor que les podría pasar a estas protagonistas, a estos personajes, para que se enfrenten al demonio, que es lo peor que puede sacar él de ellos. Y bueno, son terribles las tramas ocultas”.
Siendo una película tan intensa y dramática, ¿cómo era el ambiente durante la filmación?

Gabriela de la Garza: “Terrible. Nos llevamos fatal… No, no, para nada. La verdad es que fue muy divertido, incluso hubo un par de veces en que, por alguna extraña razón, muy extraña razón, estábamos muertos de risa y teníamos que concentrarnos. Yo creo que es también una especie de mecanismo de defensa porque sí, la historia es muy intensa, el rodaje también lo fue. Muchas veces estábamos con llamados nocturnos, la casa tenía una vibra también pesada, luego además la ambientación y todo el arte, la fotografía con la luz muy tenue. Todo influía en un cierto estado de ánimo. Todo el tema evidentemente es muy fuerte y había que explorar caminos, por lo menos para mí, desconocidos y sí había que estar muy, muy concentrada. Guillermo sabía lo que quería, sabía hacia dónde quería llevar a los personajes y fue un trabajo intenso”.

¿Cómo se aproximan a este tipo de personajes con pasados turbios?

Flavio Medina: “Creo que es más bien interesante interpretar este tipo de personajes. Creo que los personajes entre más lejanos sean a tu realidad, entre menos estés de acuerdo con sus conceptos, lo que dialogan y lo que cuentan es mucho más interesante. Evidentemente hicimos un trabajo con Guillermo, él tenía toda la información y muy claro lo que quería contar, de qué manera lo quería contar. Trabajamos y ya en el set de alguna manera nosotros podíamos proponer, pero él era el que nos guiaba y era el que nos daba el tono correcto”.

¿Qué opinan de esta nueva generación de terror, donde el género está teniendo mayor reconocimiento, como con “Get Out” en los Oscar?

GA: “El terror siempre es un género que está visto un poco menos. Siempre se le da prioridad al drama; el terror y la comedia se toman como si fueran géneros más simples de hacer. Por suerte ahora también pasó con ‘La Forma del Agua’ que ganó Mejor Película en los Oscares y también estuvo nominada ‘Get Out’ a Mejor Guion. Es decir, de a poco se va metiendo el género en otras categorías y es un género tan meritorio como los demás. Así que me parece buenísimo que no se vea solo el terror como un género comercial, sino que también es otro tipo de cine totalmente válido”.