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‘El Gobierno nos mandó a la jodi...’ con apagón analógico
María Elba Villa tenía tres televisores y el gobierno nomás le dio una pantalla. “Ahora estamos todos hechos bola, mire, camino yo y ahí vienen conmigo”, comentó la mujer de 51 años, vecina de la colonia Luis Donaldo Colosio, al sureste de Torreón, mientras señalaba a sus nietos que estaban sentados.
La principal afectación, platicó María Elba, es que ya no se va a enterar de las noticias ni de las ofertas comerciales que salían entre cada novela. “El gobierno nos mandó a la jodida”, opinó. “No se pusieron a pensar en las personas de la tercera edad que ya no tienen dinero para comprar esos aparatos”.
María Elba, empleada doméstica, pensó que el apagón sería hasta diciembre, pero una noche antes se enteraron que al día siguiente dejarían de tener distracción visual. Su esposo, obrero de oficio, se levantó tarde a su trabajo porque la caja, que funcionaba como despertador, nomás ya no despertó.
“Aquí somos tres familias, mis dos hijas y yo. Toda la gente, por toda la cuadra vaya y les van a decir lo mismo. Todos estamos hechos bola, definitivamente no fue suficiente”, insistió..
Ana de la Cruz también consideró que fue insuficiente. Ella tenía cuatro televisores y ahora, una familia de 10 integrantes nomás se quedó con una. “Cada quien tenía su tele, no hay suficiente entretenimiento para los niños”, afirmó.
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Uno de los televisores tenía juegos de video integrados y ni esos los agarró la televisión analógica. Sus hijos llegaban de la escuela, comían y se entretenían con la pantalla. “Ahora nomás andan grite y grite o con la bicicleta en la calle”.
- Pero eso es bueno, que anden bicicleta.
- ¡No qué! Me los atropella en la calle los malos –refirió la mamá.
Se van con las abuelas
Los hijos de Imelda Tavares mejor optaron por irse con las abuelas. Uno con cada una. A ellas sí les tocó pantalla digital del gobierno. Imelda tenía un televisor y ya no tiene nada. A su esposo, trabajador de obra, no le alcanza para comprar un decodificador. O come o ven televisión.
“No tenemos Oportunidades o el de la leche y ahora nos quedamos sin nada”, se quejó Imelda, vecina de la colonia Zaragoza Sur. Ahora, la madre mejor se pone a limpiar o hacer quehacer; escuchar la radio. Pero ya no ni las películas ni las novelas”, lamentó Imelda afuera de su hogar.
A unos metros, Lorena caminaba por las calles. “No hay tele, por eso estamos afuera”, dijo a carcajadas. El reprocho de Lorena se basó en que sin televisión, no podría enterarse si sucede algún desastre natural cerca de donde vive. A sus hijos, su esposo ya les compró un conejo para que se entretengan. “La calle no nos gusta, es muy peligroso y ni con el conejo es suficiente”. La televisión lo parece todo.
En bazares al sureste de Torreón, según contó Luis, el encargado de uno, aumentó hasta en un 60 por ciento la visita de clientes a empeñar, principalmente televisores que había entregado el gobierno.
“Llegaban y nos preguntaban si tomábamos las pantallas del gobierno y les decíamos que sí. Como un 30 por ciento no recuperó su televisor”, comentó..
- ¿Y cuánto les daban por televisión?
- 500, 600 pesos.
También el jueves, el día del apagón, mucha gente desprevenida acudió a los bazares a comprar un televisor digital.
“Ese día vendimos 10 televisiones”, contó el encargado de la casa de empeño.