Con la ascensión de los diputados al próximo Congreso del Estado, el gobernador si obtiene la mayoría, su partido reforzará su poder y podrá despejar su camino hasta el fin del sexenio, dejándolos para que le cubran la espalda y de pasada para apoyar a los miembros del –si así lo quieren llamar– grupo político que comanda Riquelme, de manera que sean impuestos en el siguiente periodo gubernamental y crear una estructura que adopte un plan bien articulado que trascienda por varios sexenios, claro, esto si se logra sobreponer a los demás grupos de los que son cabeza exgobernadores quienes también tienen intereses.

Con todo y que obtenga mayoría el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la lista que conforman algunos de los candidatos que le deben la nominación del puesto al gobernador, no demostraron resultados convincentes en responsabilidades anteriores de los que fueron recipiendarios, ya que no estuvieron calificadas como aceptables.

Para formar un equipo sólido, que tenga influencia política, debe ser armado con elementos cuya cualidad sea resistente y que no se deforme fácilmente, antes se debe lograr que sea conjuntado con factores reales de poder: como líderes de sindicatos poderosos, los dueños del dinero, incluso un poder fáctico sumamente importante como son las iglesias de todas las denominaciones, aunque se profese otra corriente religiosa y sin dejar de lado a los medios de comunicación.

De la lista de presuntos a una curul, algunos son conocidos y no por haber sido notables en sus trabajos pasados, pues lo mismo da que los sienten en una u otra área aunque desconozcan el campo de acción. Este es el peligro de la selección.

El trabajo sustantivo y único del Poder Legislativo, en términos sencillos, es hacer leyes, por lo tanto sus ocupantes deben saber de leyes, o sea que deben ser licenciados en leyes ya que deberán dar sentido legislativo a sus trabajos, sin embargo, no todos los candidatos priistas cursaron esos estudios universitarios, por lo que se deduce que nuevamente se deja en manos de amigos –aunque no le entiendan– parte de la conformación de un órgano que debe dar muestras de conocimiento sobre la materia y no manchar el decoro que debe ostentar el Congreso.

Según se ha escuchado en los pasillos políticos, se dice que quien ha sido escogido por el gobernador para que sea el Presidente de la Mesa Directiva, sea quién fue presidente municipal de Torreón y que dejó a esa ciudad en condiciones no precisamente prósperas, lo que se supone que si accede a la silla principal del Congreso tomará decisiones encaminadas a complacer a quien lo sentó ahí, nada más que surge la duda y lo digo con respeto: ¿tendrá la capacidad necesaria para desempeñar ese papel?

Si a la dirección de ese cuerpo legislativo se va atener el gobernador en su salida, es pertinente tener cuidado, pues sin estudios que normen un criterio jurídico, no sólo político, podrán hacer más daños que beneficios.

Falta un poco más de tres años para que llegue un nuevo jefe del ejecutivo, y ya se empieza, lentamente, a soltar algunos nombres que sustituirán al actual y a quien tendrá que encaminar y seguramente supervisar su campaña política, pues el presidente de su partido se ha encargado de demostrar su ineptitud para crear estrategias electorales de éxito.

Una vez que tomen posesión los nuevos legisladores en el 2021, deberán optar por cohesionarse para apoyar al partido en los trabajos de elección del aspirante al gobierno estatal, que unidos con los adeptos enfrentarán las peleas que surgirán en el 2023.

En esta pandemia, Miguel Riquelme no debe mirar con los dos ojos hacia un mismo sitio, sino uno tendrá que hacerlo con fuerza para seguir luchando contra el coronavirus y el otro para seguir tejiendo y divisando el campo de batalla que habrá durante la fecha de las elecciones para establecer el Congreso, pues no hay que dejar vacíos que puedan ser llenados por otros y que se dificulten más cuando llegue, porque llegará el día que tenga que abandonar Palacio de Gobierno.

Hasta ahora la influencia política del gobernador ha ido in crescendo, lo que indica que si sigue con esa tendencia sabrá escoger a su sustituto sin que se cause inestabilidad política.

Sólo que hasta ahora no hay mucho de dónde escoger.

Se lo digo EN SERIO.

@aguirreperalesf

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