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El gigante Dirk Nowitzki
DALLAS.- El objetivo de cualquier jugador de baloncesto, una utopía para la mayoría, es patentar un tiro que resulte imposible de defender. Solo algunos legendarios lo han conseguido. El Sky Hook de Abdul Jabbar, el Dream Shake de Hakeem Olajuwon, el Fade Away de Michael Jordan... jugadores excepcionales, anotadores compulsivos, como Wilt Chamberlain, Karl Malone y Kobe Bryant.
En esa lista, en la sexta posición de anotadores de todos los tiempos, tras rebasar la barrera de los 30 mil puntos con los 25 que anotó en el partido que Dallas ganó a los Lakers (122-111), se ha hecho un hueco un alemán.
Dirk Nowitzki tiene 38 años, y llegó a la NBA en 1998, procedente del Wurzburg, el modesto equipo de su ciudad natal, al que ascendió a la Primera División Alemana.
Por entonces eran pocos los que apostaban por él. Estuvo unos días en Barcelona, pero el club azulgrana no consiguió atarlo. “Vino con su padre. Le dijimos que le fichábamos seguro, pero daban largas”, explica Ferran Márquez, exresponsable de Relaciones Externas del club. Un equipo de NBA ya estaba tras sus pasos.
Por aquella época los jugadores europeos eran vistos por la NBA con un punto de escepticismo. Pero Donnie Nelson, el hijo de Don Nelson, convenció a su padre, entrenador de Dallas Mavericks, para que le echara un vistazo a aquel alemán que participaba en el Nike Hoop Summit. “El chaval era increíble. Me encantó su forma de jugar. Y me imagino que si no hubiera jugado en el Hoop Summit, jamás lo hubiera drafteado. Y era un MVP. Metía 30 puntos, capturaba 14 rebotes, increíble. Y mucha gente no era capaz de verlo”, contó Nelson a ESPN.
Los Mavericks se hicieron con él después de enviar a Robert Traylor a Milwaukee, el equipo que eligió a Nowitzki en el noveno puesto del draft de 1998. “Muchos entrenadores por entonces no querían que sus jugadores grandes tiraran de tres. Los querían dentro, donde eran más efectivos. Tuvo que aprender a postear en la zona con jugadores altos y fuertes, pero para mí estaba claro que también iba a jugarse tiros abiertos y que iba a convertirse en un jugador tremendo”.
Nowitzki admite que la capacidad de persuasión de Nelson le convenció de algo de lo que no estaba convencido. “Mi cuerpo no estaba preparado para medirme con los grandes cuatro de la NBA. Pero me puso ese reto y encontró la forma de que pudiera tirar de tres y desarrollar mi propio estilo”. Tras la etapa de Nelson y la de Avery Johnson, en 2008 empezó la de Rick Carlisle como entrenador de los Mavericks.
Cuando Nowitzki superó hace ya un tiempo a Hakeem Olajuwon en la lista de máximos anotadores de la NBA, explicó que había tratado de imitar su movimiento de tiro, el “Dream Shake”, un amago de espaldas al defensor que acaba con el tiro de lado contrario al que se había iniciado. “No conseguí imitarle. Por eso trabajé en crearme mi propio tiro”, explicó Nowitzki.
Lo consiguió con la ayuda de Carlisle. El entrenador de los Mavericks le facilitó un DVD con las mejores jugadas de Larry Bird. “Para convertirse en un superjugador tenía que tener uno o dos movimientos que fueran indefendibles”, cuenta Carlisle.
Nowitzki ideó un tiro, con un paso atrás, una pierna flexionada en el aire y una en suspensión. La prensa bautizó el tiro: “The Dirk”. Ese tiro le ha valido muchos de los más de 30 mil puntos que acumula en sus 18 temporadas y media en la NBA.
Nowitzki, campeón de la NBA y MVP de la final en 2011 y MVP de la temporada en 2007, es el único jugador no estadounidense en la lista de los 10 máximos anotadores, solo superado por cinco legendarios: Abdul Jabbar (38,378), Karl Malone (36,928), Kobe Bryant (33,643), Michael Jordan (32,292) y Wilt Chamberlain (31,419). Shaquille O’Neal (28,596) es séptimo en la lista y LeBron James (28,316), octavo. Nowitzki es el único europeo en esta élite.