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El género en la moda ha muerto
LOS ÁNGELES.- Leon Wu se vestía como las chicas de la sororidad de la UCLA, usaba uniforme para el entrenamiento de la Marina, y al final se encontró a sí cuando se vistió de drag.
Cuando era joven, Wu se presentaba como mujer. “Me esforzaba mucho en la universidad para encajar en la imagen de chica asiática”, dijo Wu. Después de graduarse en el 2000, casi se vuelve oficial candidato en el entrenamiento de la Marina pero algo lo alejó de ese camino: una compañía de teatro drag de Los Ángeles llamada The Lost Boys.
“Hice muchas de las coreografías”, dijo Wu, “y diseñé muchos de los disfraces”. Wu llevaba toda una vida diseñando una apariencia femenina para encajar pero los reyes de la belleza le ofrecieron la oportunidad de diseñar atuendos masculinos y una identidad masculina para hacer juego. Más tarde, en 2013, fundó su propia marca de ropa llamada Sharpe Suiting.
Para muchas personas queer, la ropa es más que un adorno externo. Con ella expresan una identidad lista para aflorar, es señal de una comunidad donde todos son bienvenidos y sirve como una extensión de los cuerpos que cubre. Es por eso que muchos, desde aficionados hasta artistas y empresarios ambiciosos, están creando modas diseñadas para ayudar a que las personas LGBTQ se emocionen por su apariencia en formas que nunca antes creyeron posibles.
La diseñadora de Sky Cubacub encontró la comodidad en su ropa en un sentido un poco más literal. A los 13 años de edad, empezó a diseñar su propia malla. “Para eso tienes que abrir y cerrar miles de anillos de metal”, explicó. “Me daban ataques de pánico y tenía mucha ansiedad. Trabajar en eso me calmaba y me ayudaba a organizar mis pensamientos. Era como una armadura emocional y física al mismo tiempo. Me protege físicamente pero también me hace sentir emocionalmente segura como para hablar con la gente. Creo que todas las personas queer necesitan una armadura para vivir en el mundo como guerreros de género”.
Tras años de diseñar cotas de malla, Cubacub ahora está trabajando en una línea de lencería para personas de género fluido llamado Rebirth Garments y ropa para personas queer con discapacidades.
“Si tuviera que hacer una prenda para apretar los pechos, por ejemplo, la haría con las costuras por fuera para los que tienen piel sensible”, dijo. “O menos apretada para la gente a la que se le dislocan las costillas. O con los broches al frente para que los que tienen problema para levantar los brazos puedan quitársela sin dificultades”.
Antes, la ropa queer era totalmente DIY. Si querías vestirte fuera del binario de género, la mejor opción era comprar en la sección “equivocada” de la tienda.
Wu llevaba mucho tiempo queriendo sacar su propia marca de ropa pero no se decidía. El momento clave fue cuando un vendedor en una tienda de trajes le dijo que ninguna de sus prendas se podía ajustar a al cuerpo de una mujer. León salió decidido de la tienda. “Tengo que hacerlo”, dijo.
“Muchas marimachas usan ropa de hombre. El problema es que la ropa de hombre no está hecha para la gente que tiene senos o caderas anchas”, dijo Laura Moffatt. Ella y su esposa, Kelly, fundaron una marca de ropa llamada Kirrin Finch que vende ropa que generalmente sería para hombre pero con corte para cuerpo femenino. Es un acto de amor para la pareja. Tiene que serlo, considerando que es su primera incursión en el mundo de la moda. Laura, que estudió un doctorado de neurociencia en la NYU, trabajó en la industria farmacéutica por diez años antes de abrir su marca. Kelly era maestra y bibliotecaria de primaria.
“Estábamos tan frustradas que sentimos que era nuestro deber hacer algo”, dijo Laura. Esa frustración llegó al límite hace tres años, cuando estaban comprando cosas para su boda. “Puedes encontrar miles de vestidos pero no hay opciones si buscas un estilo más varonil”, dijo Laura. “Es un problema no poder vestirte para expresarte a ti misma y para que tu confianza interna se note por fuera”.
“Lo que nuestros clientes hacen hoy en día es armar combinaciones de varias tiendas”, dijo Kelly Moffatt. “Queremos ser un lugar donde las chicas marimachas puedan encontrar de todo sin tener que andar de tienda en tienda”.
Antes, la ropa queer era totalmente DIY. Si querías vestirte fuera del binario de género, la mejor opción era comprar en la sección “equivocada” de la tienda.
Wu llevaba mucho tiempo queriendo sacar su propia marca de ropa pero no se decidía. El momento clave fue cuando un vendedor en una tienda de trajes le dijo que ninguna de sus prendas se podía ajustar a al cuerpo de una mujer. León salió decidido de la tienda. “Tengo que hacerlo”, dijo.
“Muchas marimachas usan ropa de hombre. El problema es que la ropa de hombre no está hecha para la gente que tiene senos o caderas anchas”, dijo Laura Moffatt. Ella y su esposa, Kelly, fundaron una marca de ropa llamada Kirrin Finch que vende ropa que generalmente sería para hombre pero con corte para cuerpo femenino. Es un acto de amor para la pareja. Tiene que serlo, considerando que es su primera incursión en el mundo de la moda. Laura, que estudió un doctorado de neurociencia en la NYU, trabajó en la industria farmacéutica por diez años antes de abrir su marca. Kelly era maestra y bibliotecaria de primaria.
“Estábamos tan frustradas que sentimos que era nuestro deber hacer algo”, dijo Laura. Esa frustración llegó al límite hace tres años, cuando estaban comprando cosas para su boda. “Puedes encontrar miles de vestidos pero no hay opciones si buscas un estilo más varonil”, dijo Laura. “Es un problema no poder vestirte para expresarte a ti misma y para que tu confianza interna se note por fuera”.
“Lo que nuestros clientes hacen hoy en día es armar combinaciones de varias tiendas”, dijo Kelly Moffatt. “Queremos ser un lugar donde las chicas marimachas puedan encontrar de todo sin tener que andar de tienda en tienda”.
A Wu también le preocupa esta parte. “Hemos hecho un buen trabajo al ser totalmente inclusivos pero tememos que eso podría alejar a nuestros clientes heteronormativos”, explicó. “Si alguien no quiere usar ropa inspirada en la comunidad LGBTQ, no puedo hacer nada al respecto”.
No obstante, la retroalimentación de clientes devotos ha sido una gran motivación para los diseñadores queer.
“Muchos de nuestros clientes han regresado”, dijo Kelly Moffatt. Kelly ayudó a un cliente a encontrar una camisa cuadrada para una boda y “nos mandaron un correo de agradecimiento donde explicaban lo poderoso que fue poder expresar quienes son en ese tipo de evento”, dijo. “Es muy emocionante ser parte de un movimiento. La moda queer de la actualidad es un movimiento y está desafiando los límites de lo que la sociedad dicta en torno a la vestimenta. Y ahora la gente dice 'No, me voy a vestir como yo quiera”.
“La vestimenta no es sólo un pedazo de tela que usas para cubrirte", dijo. "Es una herramienta para expresar quién eres”.
“No es sólo la ropa. Es lo que representa”, dijo Wu. “Mi ropa representa equidad. Equidad de género. Sentirte empoderado como individuo, sin importar con qué género te identifiques”.