El fracking, ¿detrás de los temblores?

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El fracking, ¿detrás de los temblores?

Ilustración: Alejandro Medina


Difícilmente se puede establecer una vinculación entre este actividad y los sismos registrados en Coahuila

A raíz de las declaraciones de autoridades federales sobre la explotación de hidrocarburos no convencionales provenientes de rocas de lutitas (gas shale y oil shale) mediante la técnica de fracking, se han suscitado diversas opiniones sobre los impactos de esta actividad en la naturaleza, incluidos la contaminación de tierra y agua, el agotamiento de este último recurso, así como la generación de temblores. Con respecto a este último tema, se han publicado en medios diversas notas referidas a la región noreste del País y particularmente al estado de Coahuila. 

En el Clúster de Energía Coahuila A.C. compartimos las preocupaciones de organizaciones civiles y de ambientalistas, por ello una de sus tareas prioritarias es documentar, analizar y difundir estudios y datos que permitan generar opiniones informadas. Los terremotos, temblores o sismos son movimientos repentinos a lo largo de un área específica o falla geológica, producto del movimiento de las placas tectónicas, reacomodo de estratos geológicos, procesos volcánicos o incluso pueden ser producidos por el hombre. 

La magnitud de un terremoto puede medirse de diferentes maneras. Al hablar de la magnitud de un terremoto, la mayoría de la gente piensa en la escala Richter, sin embargo, esta es sólo una medida de la magnitud local. Sismos con magnitud menor a 3 raramente son sentidos por los seres humanos. Un sismo de magnitud 3 libera aproximadamente 30 veces menos energía que un sismo de magnitud 4 y aproximadamente 900 veces menos que uno de magnitud 5. 

Coahuila, como el resto del País, no está libre de sismos, sólo que estos son poco frecuentes y de baja intensidad. Estudios sobre historia sismológica de México muestran evidencia de temblores en el estado desde hace más de 170 años. De 1841 hacia acá se tiene registro de 48 sismos, todos asociados con su cercanía a tres grandes lineamientos de fallas que atraviesan la entidad: Falla de la Babia, Falla de San Marcos y la Megacizalla Mojave-Sonora, y un número importante vinculado a la actividad minera en la Región Carbonífera, como se puede apreciar en el siguiente mapa. 

La sismicidad producida por el hombre, conocida como sismicidad inducida, puede ser ocasionada por remoción de material, detonación de explosivos, adición de fluidos en el subsuelo, vaciado o llenado de presas, construcción de diques, remoción de hidrocarburos de yacimientos de petróleo y gas, generación de energía geotérmica y pruebas nucleares, entre otras actividades. 

Los estudios de diversos investigadores muestran que la actividad de fracturación hidráulica o fracking puede causar sismos de baja magnitud no perceptibles para la mayoría de la gente. Normalmente los epicentros de estos sismos se encuentran cerca de la superficie porque la extracción de los hidrocarburos generalmente se hace a profundidades no mayores a 2 mil metros. Muchos de los sismos atribuidos a la fracturación hidráulica en realidad son producidos por la inyección de fluidos de desecho en áreas de disposición final, frecuentemente en pozos que ya no son productores de gas o petróleo, como ocurre en el estado de Texas donde existen miles de pozos “secos”, que no es el caso de Coahuila. 

De acuerdo con información reciente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, en Coahuila se han realizado actividades de perforación, con propósitos de exploración en siete pozos con la técnica de fracking, ubicados en los municipios de Guerrero (2), Hidalgo (3), Nava (1) y Progreso (1), todos en el norte del estado, con excepción del de Progreso, localizado en la Región Centro. Ver mapa anterior.

De acuerdo con el Dr. Héctor León Gómez, director de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL, “lo que ha pasado desde hace muchos años es que las zonas del noreste de México son zonas sísmicas de bajo grado, comparadas con el sur de México en su parte poniente, somos una zona de bajo grado cuyo origen está ligado con fallas corticales, es decir de la corteza terrestre […]. Hay una serie de fallas en el noreste del País, toda la zona que viene desde Chihuahua, pasa por Saltillo y Monterrey, son grandes zonas de fallas de cizalla, de la corteza terrestre, es una zona continua, a gran profundidad, a más de 20 kilómetros, que están presentes en toda esta región […] todos los movimientos […] oscilan entre 3 ó 4, 4.5 grados Ritcher”.

De la información anterior, se pueden obtener algunas conclusiones preliminares. Se tiene registros de sismos en Coahuila desde el siglo antepasado; prácticamente todos han sido de magnitud imperceptible; de acuerdo con estudios realizados, la gran mayoría han estado asociados a las tres fallas geológicas que cruzan la entidad; algunos se relacionan con la extracción del carbón. Por la ubicación geográfica de los pozos exploratorios perforados con técnicas de fracking, difícilmente se puede establecer una vinculación entre esta actividad y los sismos registrados en Coahuila, como es el caso más reciente, que tuvo lugar en el municipio de San Pedro, en el suroeste del estado. Dicho de otra manera, ninguno de los siete pozos hasta ahora perforados ha provocado un temblor en su entorno inmediato.

Dr. Rogelio Montemayor Seguy