El Fin del Tlatoani
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El Fin del Tlatoani
Primer acto
El Tlatoani toca el paraíso
Preside su corte el Tlatoani (gran gobernante) Enriquéch nombrado “Mente de Piedra”, descendiente directo de Tenoch (1347-1369) llamado “Tuna de Piedra”. Representa la triple alianza (empresarios, religiosos y políticos) de la nación mexica. Su consejo de Tlamatinis (sabios) está compuesto por Luichtiani, Miguetl y Aureloni.
Embelesado lo admira su relevo generacional elegido por Cihuacoatl, la “mujer-serpiente”o “emperatriz de lo efímero”. Ahí están Rodrigtzin M., Césartl y Javiertzin D, R.Borgetzqui y Betzin M. Sonríen éstos, los elegidos por el espejo televisivo que humea, para suceder al Tlatoani.
Pavos reales caminan y abren sus alas. Pájaros, loros y guacamayas mecen sus colores al volar. Rayos de sol iluminan el rostro de estos próceres. El poeta glorifica el instante: “No acabarán mis flores/ no cesarán mis cantos/ Yo cantor los elevo/
se reparten, se esparcen…”.
Segundo acto
El Tlatoani topa con pared de obsidiana
Enriquéch dijo “¡hágase el baile!/ (que) no es aquí nuestra casa…” e impulsó 11 reformas para transformar la vida de sus súbditos. Pero ninguno las entendió porque el maíz, los frijoles y el chile nunca llegaron a sus hogares. Los comerciantes y artesanos protestaron en las calles. Los empresarios respingaron porque les subió los impuestos y redujeron su ingesta de chocolatl.
Las cosas empeoraron cuando los nueve infiernos de Mictlán desaparecieron 43 temachtilis de Ayotzinapa y participaron en las matanzas de Tlatlaya y Tanhuato. Muchas voces dirigieron sus flechas a la riqueza inexplicable del Tlatoani y sus consejeros, mientras respondían: “So(mos) rico(s)/ Reun(imos) el collar/ los anchos plumajes de quetzal/ por experiencia cono(cemos) los jades…”.
Tercer acto
El Tlatoani llora lágrimas de jade
Enriquéch no entiende que no entiende. La corrupción sin castigo corroe su alma. Su relevo generacional está hecho trizas. La triple alianza está rota: Los empresarios exigen su cabeza por reducir sus ganancias. Los religiosos demandan su corazón por abrir las puertas al matrimonio entre tekuilonis. Los dioses de Mictlán le arrebataron territorio: Hoy sólo gobierna 58.84 de 119.53 millones de mexicas. Hay un Péjetl que amenaza su futuro.
Encerrado en su burbuja que flota en el lago de las desesperanzas, Enriquéch
“Mente de Piedra”, solo, llora lágrimas de jade.