El fin del Moreirato, 2

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El fin del Moreirato, 2

La historia política de Humberto Moreira (HM), tomó gran impulso seis años antes de que ganara la gubernatura. En las filas del PRI, el ascenso de HM estaba delineado desde su participación en la campaña de Enrique Martínez y Martínez (EMM). Fue el responsable en el área popular, de conseguir los votos para el futuro gobernador y, se convirtió en el orquestador de la campaña en el área popular. EMM arrasó en las elecciones del final del siglo 1999-2005. Por sus antecedentes en el tema educativo, el profe bailarín obtuvo el cargo de Secretario de Educación y por supuesto con la influencia de este sector gremial para las elecciones intermedias era el político con más tablas en la lucha por los votos de las mayorías. De ahí que en la elección de ayuntamientos y Congreso Local, HM fuera  el candidato indiscutible y ganó por mucho margen, convirtiéndose en Alcalde de la capital coahuilense.

Para cuando llegaron los tiempos de la sucesión gubernamental, la mitad del trabajo político de HM ya estaba hecho. Y de nuevo con la ayuda del gasto público educativo se hizo con la candidatura para el nuevo gobierno estatal. En México, como en casi todo el mundo, el gasto público de mayor importancia es el educativo. Los titulares de cada nivel -federal, estatal y municipal-, manejan jugosas bolsas para llevar a cabo su labor. ¿Y qué tarea más importante existe que la educación de los niños y los jóvenes?

Para un populista, audaz y sin escrúpulos, era como poner al ladrón a cuidar del tesoro. HM ganó a sus contrincantes al interior del PRI y después con una gran cantidad de votos, en un hecho político inédito, ganó la gubernatura de Coahuila y aquí empezó -paradojas de la vida- a dejar de brillar su estrella.

El gobernador candidato

Muy pronto habría de enfrentar Humberto Moreira su primer gran problema; en febrero de 2006, quedaron sepultados sesenta y cinco mineros en una mina de carbón de Pasta de Conchos de la región carbonífera. Humberto se trasladó rápidamente para asistir a las familias de los trabajadores, demostrando un gran compromiso social, y desde los socavones desafió al gobierno federal, repartiendo culpas de la tragedia. El gobierno encabezado por el panista Vicente Fox fue el más señalado por el gobernador norteño. En los rudos discursos de HM, el gobierno federal cargaba con la culpa, la empresa propietaria no aparecía ni el sindicato de Napoleón Gómez Urrutia, se trataba de un impecable motivo para hacer política contra los enemigos del PRI, y de paso congraciarse con los empresarios mineros de la extracción y la siderurgia. El discurso pronto se derrumbó con las primeras investigaciones, tanto la empresa, IMMSA, como el sindicato minero y la burocracia de las delegaciones federales del Trabajo y de Salud, eran tan culpables de la tragedia como la inoperancia y dejadez del gobierno estatal. Los periodistas descubrieron que existían quejas de falta de seguridad en la mina 8 desde meses antes de la tragedia, quejas que fueron ignoradas por los dirigentes del gremio, la empresa y las autoridades federales y locales. El gobernador habló fuerte para el pago de indemnizaciones y por las viudas pensionadas, palabras que no fueron suficientes, para resolver las demandas de justicia, pero sí para alardear y hacer propaganda en favor de su partido. Hasta nuestros días las viudas, con pensiones de hambre, esperan justicia.

De esta manera, desde su primer año de gestión el gobernador de Coahuila asumió el papel del más eficiente propagandista del PRI, defensor, en las palabras, de las causas populares, para abonar en contra del Presidente panista del país, con miras a las  elecciones de ese año 2006. Violando las reglas no escritas de convivencia federalista, HM desde su cargo inició el reclamo al gobierno federal y orquestó una campaña política para debilitar al gobernante surgido del PAN. Por “coincidencias históricas” en ese mismo año se impregnó de ambición empresarial y se propuso comprar con dinero del erario los medios de comunicación que estuvieron a su alcance, para ese propósito se asoció con Rolando González Treviño, empresario de radio y televisión.  Continuará.

La del estribo

El recuento de la “docena trágica”. En Coahuila, según datos del RNPED, Registro Nacional de Personas Desaparecidas, entre 2006 y 2015, a 1866 asciende el número de personas de las que no se sabe su paradero. Son los municipios de La Laguna los que encabezan la lista, después las regiones Centro, Norte y la Carbonífera. En el mismo informe realizado por la IBERO Torreón, “Memoria Coahuila”, se establece que fueron descubiertas 78 fosas clandestinas, con más de siete mil restos biológicos. En otras palabras, durante el período que comprende dos sexenios de los Moreira, nuestra entidad se llenó de cadáveres y personas nunca encontradas. Y luego el profe Moreira amenaza con demandar a los investigadores de la Universidad de Texas que dieron a conocer el contubernio  entre autoridades y el crimen organizado durante los mandatos de los hermanos.       


La querella infinita
Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx