El fin del Moreirato, (1)

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El fin del Moreirato, (1)

Con la presentación del Sexto Informe de Gobierno, Rubén Moreira transitará el último tramo de su mandato, el de la despedida. 

Además, por circunstancias que todos conocemos, el último mes lo dedicará a poner la mesa para que su sucesor, Miguel Riquelme, encuentre la administración pública de Coahuila sin sorpresas o contratiempos. Sin embargo, como dicen en el béisbol, esto no se acaba hasta que se acaba. Al señor Riquelme se le puede caer el teatro antes de que empiece su función. 

Independientemente de la suerte del sucesor de los Moreira, los doce años, que bien podemos llamar “la docena trágica” terminan el 30 de noviembre y el contenido de las reflexiones que aquí se inician tiene que ver con una especie de evaluación de resultados después de doce años de mandato gubernamental. 

1.- Del baile, los votos y los fraudes

En el inicio del año 2005, todo empezó como un ejercicio democrático 
inédito en el país, el gobernante PRI convocó a elecciones internas para decidir el candidato por ese partido a la gubernatura del Estado de Coahuila, para el período sexenal 2005-2011. Quien resultara el vencedor, sin dudar se convertiría en el nuevo gobernador, esta convicción campeaba entre la población y obedecía a muchas razones, pero principalmente por el trabajo del gobernador que dejaba el despacho, Enrique Martínez y Martínez, (EMM) y la debilidad de los partidos opositores. 

De esta manera se apuntaron cuatro políticos, Alejandro Gutiérrez (AG), Javier Guerrero (JG), Raúl Sifuentes (RS) y Humberto Moreira (HM). Todos con trayectoria en la administración pública y los dos primeros, también como legisladores. 

Por sus cargos anteriores HM salió triunfador en las internas y se convirtió en el candidato del PRI. HM había sido delegado de CONAFE e INEA, puestos que le permitieron ligarse a los grupos sociales de la entidad, colonias populares y pueblos rurales, puesto que se trataba de impulsar la educación entre los menos favorecidos. 

Su carácter alegre y populachero encantó a las clases sociales más pobres y casi siempre olvidados por las administraciones federales y locales. En el PRI está demostrado que su bases más importantes son las colonias populares, donde las lideresas llevan un férreo control gracias a sus ligas con el gobierno, de quien reciben beneficios concretos, como trámites ante la burocracia, despensas y todo lo que los programas sociales contemplan para mantener a este sector poblacional como aliado permanente. En el México posrevolucionario eran los campesinos los favoritos del régimen, en un país urbanizado, los habitantes de las colonias más populosas constituyen el sector más importante a la hora de contar votos. Pan y circo, dice la experiencia universal, pues HM se convirtió gracias al gasto público en el hacedor de mesas llenas y espectáculos con los artistas de la época, en los que él mismo era protagonista, se le conoció en los medios como “el profe bailarín”. Continuará.

La del estribo

Tres legisladores del PAN de Baja California reclaman al gobierno federal la remoción del Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indios, el arquitecto Jaime Martínez Veloz. Los motivos que esgrimen, ocultan su enojo porque el coahuilense se ha ido de boca al hacer declaraciones en contra del señor gobernador Kiko Vega. Lo que el funcionario exige al gobernante panista es que ponga fecha y lugar para entablar un debate acerca de las acciones que emprende para el desarrollo de la entidad. Es decir, que como ciudadano destacado exige claridad en las acciones de gobierno del servidor público. La respuesta del gobernador de marras es echarle los perros al gritón de la plaza. Bonita manera de atender las críticas y señalamientos de los ciudadanos de Baja California. El origen del desencuentro es la atención a los pueblos originarios de aquella entidad, cuando la tarea de Veloz es la defensa de los derechos de las minorías indígenas en todo el país, entre lo que destaca su posición de franco apoyo a las luchas de los migrantes indígenas que trabajan como jornaleros en la región de San Quintín, en el municipio de Ensenada. 

La respuesta gubernamental es la autocracia y el absolutismo, “el estado soy yo”. Para Kiko Vega la democracia es un invento que no se aplica en sus haciendas, por lo tanto hagan a un lado a quien incomoda esa “pax social”. Naturalmente no todo los legisladores panistas acudieron a quemar incienso ni aceptaron la orden del ejecutivo, sería injusto que no se hiciera aquí la aclaración: hay políticos panistas que no aceptaron el oprobio y la vergüenza de seguir las órdenes del autócrata gobernador. La respuesta hasta hoy del coahuilense avecindado en Baja California desde hace décadas es, en pocas palabras, “aquí los espero”. La política y la gobernabilidad pasan por el debate abierto y público, reprimir a los que piensan en forma diferente es fascismo. Ya no son tiempos señor Kiko Vega.

mvalehe@yahoo.com.mx