El fin de DACA: me duele
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El fin de DACA: me duele
Casi 800 mil jóvenes, 690 mil de ellos mexicanos, cobijados bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) están a punto de ser expulsados de los Estados Unidos en los próximos 6 meses.
Trump cumplió la promesa de campaña a su base electoral de 60 millones de personas con fuertes tendencias supremacistas, focalizadas en expulsar a mexicanos ilegales, morenos y mestizos.
Gracias a Obama, DACA otorgaba a jóvenes migrantes ilegales permisos de trabajo, acceso a la educación, licencias de conducir, un número de seguridad social e impedía su deportación.
California, Texas, Illinois, Nueva York, Florida, Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Nueva Jersey y Washington concentran a esos jóvenes llamados “soñadores” por su búsqueda del Sueño Americano.
De ellos, 690 mil son mexicanos, 28 mil del Salvador, 19 mil 792 de Guatemala, 18 mil 262 de Honduras, 9 mil 696 de Ecuador, 9 mil 66 de Perú, 7 mil 361 de Brasil, 7 mil 250 de Corea del Sur y 6 mil 951 de Colombia.
Me duele el fin de DACA porque durante mis estudios graduados en Wisconsin y Berkeley, en mi calidad de maestro asistente, conocí e impartí clases a numerosos hijos de migrantes ilegales; mexicanos, guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, entre otros.
Hoy la gran mayoría de ellos son destacados profesionistas, abogados, psicólogos, empresarios, académicos, médicos o investigadores.
David, Anita, Bryan, July, Ángel, Estela, Mark, Reina y Carlos, entre otros, tuvieron la capacidad de romper el círculo de pobreza que marcó su origen pero no su destino final. Sus hermanos ya no tendrán esa oportunidad.
Me duele porque la indignación de los mexicanos nunca alcanza para abrazar a esos, nuestros hermanos mexicanos en los Estados Unidos en momentos como éste.
Me duele por la reciclada debilidad del Estado mexicano para solidarizarse con nuestros hermanos expatriados, cuando su propia ineptitud para darles un sentido de futuro digno y justo los expulsó de su patria.
Me duele el fin de DACA. Y mucho.
@Canekvin