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El fenómeno de los Ronaldos en México
Mario Cisneros miraba cualquier partido que se le cruzara en el televisor. Aprovechaba que había contratado un sistema satelital. Los fines de semana veía al Barcelona, en especial, a ese delantero que no dejaba de anotar. Era Ronaldo Nazário. Cisneros no recuerda el día, pero sí que el brasileño marcó un triplete. ¿Habrá sido contra el Valencia? ¿Contra el Atlético? Da igual, por culpa de ese ‘hat-trick’ el nativo de Torreón, Coahuila, decidió llamar a su hijo Ronaldo.
“Ya no vamos a buscar un nombre. Le voy a poner Ronaldo”, le dijo Mario a su esposa, Olga, para nombrar a su primer hijo. A ella le agradó más que nombrarlo como su padre o abuelo. La euforia por encontrar el nombre ideal se entorpeció cuando pensó en las consecuencias de nombrar así a su primer hijo. “¿Qué tal y no le gusta el fútbol? Uno nunca sabe. A lo mejor le agrada y no lo domina. Si no le hubiera agradado a lo mejor estarían diciendo que él no juega ni a las canicas. Con ese nombre se iban a reír de él”, comenta el padre desde la sala de su casa.
Cisneros fue a la oficina de registro civil con una hoja de papel. Se plantó frente a la secretaria. “Así como está escrito”, le pidió a la secretaria. El papel decía Ronaldo Cisneros Morell. “Llevé el nombre escrito para que no se equivocaran”, comenta respecto a las continuas erratas en las actas de nacimiento de México.
El nombre de Ronaldo se popularizó en México a partir del estrellato del delantero brasileño. De acuerdo con una solicitud de información realizada por EL PAÍS a la oficina del registro civil, a partir de 1996 se empezaron a tener registros del nombre. En un periodo comprendido entre el 1 de enero de 1996 al 24 de abril de 2017 hay 8.129 mexicanos nombrados de esa forma. El primero en ser futbolista se apellida Cisneros. En la base de datos de la Federación mexicana de fútbol hay 123 futbolistas mexicanos bajo el nombre Ronaldo. Desde Ronaldo Romario Cinta, José Ronaldo Piña hasta Oliver Ronaldo y Ronaldo Zinedin, quien también es compañero de Cisneros. Todo un catálogo y combinaciones de nombres. Estos nacieron a partir de 1994, año en que Brasil fue campeón del mundo. En los registros también resaltan nombres como Beckham Martínez y Ronaldinho Marroquín. El fútbol se ha vuelto esencial a la hora de elegir nombre para algunos mexicanos.
Ronaldo Cisneros tiene 20 años. Es delantero y juega en el Santos Laguna. Sus amigos le llaman Ron. “Con los profesores tuve varios problemas. Me decían por otro nombre: Rolando, Rodolfo o pensaban que ese no era mi nombre”, refiere el chico que ya ha vestido la elástica de México en el Mundial sub-20 de este año y allí marcó dos tantos, la mitad de los que hizo su equipo. Y usó el número nueve. Del nombre heredó el apetito por anotar.
En la primaria me preguntaban el porqué me habían puesto así, por Cristiano Ronaldo o por el Fenómeno”, refiere el chico que vestía camisetas con el nombre y apellido de ambos. También de Messi. Desde los cinco años, el pequeño Ronaldo empezó a ser futbolista. Su entrenador del Peñoles le colocó como centro delantero. “Nunca lo han movido de esa posición. Cuando juega, responde. Cada día lo veo que se especializa más. A él se le da el gol”, reconoce el padre.
Cisneros ha sido campeón goleador desde pequeño, en la división de 17 años, la de 20 y en torneos internacionales con México. En su casa tiene acomodados sus trofeos, resalta el botín bañado en oro, ese que ganó al ser el máximo goleador en el premundial sub-20. Ahora mismo, está registrado en el primer equipo de Santos Laguna, aunque juega en la categoría de menores donde anota cada 69 minutos, es decir, nueve goles en ocho partidos.
?¿Le pondría a su hijo Pogba, Neymar, Ibrahimovic, o algún nombre de un futbolista? – se le pregunta a Ronaldo Cisneros
?Sí, si me gusta el nombre. Si es nombre de un futbolista, cantante de música o de la Biblia se respeta y es normal porque nos gustan
El señor Mario tenía en su dormitorio un póster del Ronaldo brasileño. Su hijo tiene de Cristiano Ronaldo, Raúl, Van Nistelrooy y Beckham. Su padre nunca le compró una camiseta de Brasil ni tampoco le rapó como al brasileño. Su idolatría por el exjugador no era excesiva.
Ronaldo ha vestido el número nueve desde las categorías inferiores. Aunque en su primer club tuvo que ocupar el 29, le fue bien con ese dorsal y cuando la directiva de Santos le ofreció elegir uno escogió ese, “me da suerte”, explica. En su temporada de debut ocupó el 97 por el año de su nacimiento que, de alguna forma, es la combinación del nueve de Ronaldo Nazário y el siete de Cristiano.
“En cualquier momento puede llegar la posibilidad. En estos momentos los puestos de ofensiva son ocupados por extranjeros”, reflexiona el atacante, que suma 127 minutos en primera división. El fútbol de México, cada vez más carente de centro delanteros, tiene a su Ronaldo.