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‘Él donde esté va a pagar… quiera o no’: Vecinos del padre asesino
A las 16:00 horas, Rodolfo Peña salió de su casa para reclamar el cuerpo de su hijo, el hombre que mató a su hijo y luego se suicidó, cometiendo el crimen que sacudió Nuevo Mirasierra la tarde del lunes.
Rodolfo recogió el cuerpo para velarlo en las capillas funerarias ubicadas frente al Parque Ecológico “El Chapulín”.
Lejos de ahí, a siete kilómetros de distancia, estaba el cuerpo de Jonathan, el menor que murió a manos de su padre.
El cuerpo sería velado en las capillas que se ubican sobre el bulevar Fundadores, bajo los puentes del Mega Distribuidor Vial “El Sarape”, donde los deudos todavía lamentaban la tragedia que cortó de tajo la existencia del niño de nueve años de edad.
DE QUE PAGARÁ, PAGARÁ
“Donde esté, él ya está dando cuentas a alguien, a quien usted quiera, pero todo lo que uno hace se paga, ya sea en esta vida o en la otra.
“Nosotros no somos quien para juzgar ni para desear el mal a nadie, él donde esté va a pagar, quiera o no”, dijo un vecino de la Prolongación Ciprés respecto a Rodolfo Peña Palomo.
Ya sea por venganza, por celos, por enojo o por la fuerte depresión que padecía, el crimen de Rodolfo parece tener muchas explicaciones, pero ninguna justifica el haber quitado la vida a su hijo para después matarse al interior de su hogar, donde el abuelo del menor los halló a ambos en medio de un charco de sangre.
La escena del crimen ahora luce abandonada. Los vecinos bajan a la calle antes que seguir caminando por la banqueta y pasar frente a las maderas —que hacen la vez de puerta y portón— de las que cuelgan cintas rojas dejadas por los peritos de la FGE.
“Va a pasar mucho antes de que alguien se venga a vivir en esa casa”, comenta la dueña de un negocio cercano, desaprobado con la cabeza y negando dar más palabras respecto a lo sucedido, quizá porque ya tuvo suficiente con todas las horas que vio la movilización policiaca el día anterior.
ERA UN HOMBRE RESERVADO
Se supo que eran contados los vecinos con los que Rodolfo llegaba a entablar plática, y los pocos que sabían de su ruptura hacía cuatro semanas, nunca notaron en él signos de tristeza o algún otro trastorno que afectara su conducta.
Con la muerte del responsable del asesinato se extingue toda acción legal en contra de él, así que pasará lo que los vecinos dijeron, Rodolfo quizá tenga que rendir cuentas en otro lado y ante otra autoridad, porque tomó, de entre todas las opciones que tenía, la que más dolor generó a la sociedad.