El diseñador mexicano Antonio Ortega ha logrado confrontar en su estilo el color y la tradición de México con el chic parisino, en una colección primavera-verano 2016 que en la semana de la Alta Costura de París hizo un canto a la alegría, la elegancia y la feminidad.

Ortega rescató algunos modelos clásicos de vestidos, estilo años 50, con cuello camisero o con lazada, pero agregó lentejuelas, plumas y encajes para darle un toque personal.

Los pantalones se llevaron con chaquetas con colas asimétricas que llegan hasta los zapatos con plataforma y brillantes; de tacón en modelo T-Bar o en botines con ancho tacón.

El vestuario, moderno y atrevido, confluyó con el glamour de las divas del cine clásico con carácter y personalidad, que contrastaba con un maquillaje vibrante donde los ojos destacaron con sombras azules.

Ortega fue además otro de los creadores de estas jornadas de Haute Couture que decidió cardar las melenas con un estilo afro que creó la imagen de auténticas muñecas vivientes.

El diseñador, que actualmente vive en Montreal (Canadá), donde trabaja, se trasladó a París en 2002 al iniciar su carrera, ciudad que ha impregnado su forma de crear.

Esta colección, según explicó a EFE tras el desfile, es el encuentro de los países en los que ha vivido y que ha visitado.

"Me inspira mucho el color, la sensualidad de las telas, del cuerpo; me inspira mucho la diversidad que he visto en paisajes, en gente, y esta colección que llamo Encuentros es precisamente evocar personalmente lo que he encontrado y conocido por casualidad", comentó.

El mexicano es el único latino que ha tenido presencia en esta semana de la moda, y aunque no lo hace dentro del calendario oficial lo aprovecha para dar a conocer su trabajo junto a los grandes costureros dadas las técnicas que él mismo utiliza.

"Me considero costurero, me encanta la artesanía. Lo principal es mostrar quiénes somos como esencia y la alta costura me lo da, me enriquece por la manera de trabajar las materias y de estar con las personas", aseguró el creador, que reconoció no sentirse muy atraído por el lado industrial del prêt-à-porter-, aunque piensa trabajarlo.

El haber nacido y crecido en México le dio precisamente ese contacto con la artesanía y los colores que, según confesó, no busca integrar, sino que le "sale solo", pero no quiere convertirse en un estereotipo de su país ya que se siente inspirado por las diferentes culturas que han dado lugar a ese estilo tan particular.