El día ‘D’

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El día ‘D’

El día de hoy México y los mexicanos llegamos a la fecha en que la historia recordará por estar en juego el futuro del país, entre continuar con el mismo formato neoliberal que tanto daño nos ha causado, o incursionar en una nueva forma de gobernar que busca rescatar el Estado de derecho e intentar terminar con la corrupción y la impunidad, entre otras cosas.

Estamos viviendo una de las elecciones más importantes de muchos años en nuestro país. En esta jornada no aceptaremos una manipulación de los resultados como tantas veces ha ocurrido, sino sólo la decisión limpia y clara del pueblo soberano de México.

Muchas cosas han ocurrido en nuestra historia desde la Independencia, que fue un movimiento político y armado que inició el 16 de septiembre de 1810 con el Grito de Dolores y logró el reconocimiento de México como una nación independiente, poniendo fin al periodo colonial conocido como el Virreinato de la Nueva España.

En la Guerra de Reforma, de 1858 al 10 de enero de 1861, la nación estaba dividida en dos grandes partidos: liberales y conservadores. Los primeros buscaban la transformación social mediante el establecimiento de un sistema capitalista democrático, que reemplazó al que había desde la Colonia y el Imperio. En ese nuevo sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la supresión de los privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo.

Con el transcurso de los años la guerra terminó con la derrota definitiva de los conservadores en la batalla de Calpulalpan, en 1861, y con Benito Juárez instalando su administración en la Ciudad de México.

La Revolución mexicana se inició el 20 de noviembre de 1910. Este era un levantamiento contra el entonces presidente Porfirio Díaz y estuvo encabezado por Francisco I. Madero. El objetivo inicial era luchar en forma pacífica contra el orden establecido, pero a medida que transcurrió el tiempo se transformó en una guerra civil.

Porfirio Díaz había ejercido la presidencia desde 1876 de una manera dictatorial, pero a pesar de ello logró que México creciera económicamente y aseguró la estabilidad política del país. Sin embargo, este progreso no se hizo sentir en las clases sociales más bajas, lo que generó un gran descontento de dicho sector.

Esta situación fue aprovechada por aquellos que deseaban terminar con el porfiriato y así comenzaron los levantamientos, que terminaron cuando Venustiano Carranza asume la presidencia constitucional del país en 1917.

En la  elección que estamos por vivir, se han involucrado miles de ciudadanos, muchos de los cuales siguieron con interés las noticias, y la efervescencia fue cada día mayor. Con todo lo que estamos viviendo habrá que repensar nuestras acciones y valores. Defender el deber ser, deconstruir lo mal logrado para reconstruir y replantear qué significa vivir en Estado de derecho. Rescatar nuestros valores, repensar nuestras acciones, defender el derecho de ser ciudadano del siglo 21, con sus adelantos tecnológicos, pero también crecer en valores éticos y morales.

Estamos a punto de embarcarnos en una gran cruzada, en cuya preparación hemos empleado grandes energías durante muchos meses, y esperando años para lograr un cambio.

Los ojos del mundo nos observan. El pueblo oprimido de México demanda más y mejor seguridad, calidad de vida, un país donde exista el Estado de derecho, que se rescaten los valores, que se ofrezcan oportunidades a todos y todas para que puedan tener una vida feliz.

La tarea no es fácil. El sistema es demasiado poderoso y está bien entrenado, bien equipado y curtido en el manejo de la verdad a base de mentiras. Sin embargo, esperamos lograr una transición sin sobresaltos hacia una sociedad más justa, equitativa e incluyente.

Hagámoslo realidad pacíficamente, y que cada quien razone su voto y lo aplique a quien su conciencia le dicte.