El desmoronamiento de Morena

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El desmoronamiento de Morena

La guerra entre las tribus de Morena ya es una realidad, la vimos en la reciente visita de su presidente Alfonso Ramírez Cuéllar: agresiones y golpes entre grupos que se disputan el poder, que es finalmente lo que se persigue en todos los partidos políticos como en Morena, en plena perredización.

Y los cuchillos largos dentro de Movimiento de Regeneración Nacional tienen filo carnicero. El encono es entre la tribu de “Nativos” contra la de los “advenedizos”, o sea, los que se afiliaron a Morena antes del triunfo de AMLO y los oportunistas que se han sumado al triunfo, como los panistas de Reyes Flores aquí en Coahuila.

Así procede Andrés Manuel, quien después de dirigir al PRD dejó que se pudriera en el sectarismo, ahora hace lo mismo con Morena, dejar que se hunda en la tribalización donde la división entre facciones sube de tono a nivel nacional y local, asimismo entre sus legisladores, cosa normal en los parlamentos, recuerde usted lo dicho por Winston Churchill al novato legislador Canning en el oblongo parlamento inglés: “Recuerda siempre que tus peores enemigos no están entre los laboristas de enfrente sino en estas mismas filas de Tories, en nuestra propia bancada”. Es el caso de la diputada Elisa Villalobos en el Congreso local, la que desmadró a Morena hasta dejarla sin bancada. Por eso la estupidez del “Tlacuache” Reyes Flores en buscar a sus enemigos entre las filas del PRI.

No en balde Plutarco Elías Calles fue el gran talento político del siglo pasado al aglutinar, contener y disciplinar a facciones políticas muy belicosas en un partido de mucha unidad. Si en el PRI se hubiera hecho la voluntad de Carlos Madrazo (años sesenta) o la de Cuauhtémoc Cárdenas (en los ochenta) este partido ya hubiera desaparecido.

El PRD que fue conformado por Cuauhtémoc y Andrés Manuel ya casi desapareció. Y lo mismo sucederá con Morena en franca perredización. El exceso de democracia interna aniquila. Don Rafael Segovia, aquel exiliado español que encontró en México lo que en España perdió (estabilidad, orden, paz y gobernabilidad), fue de los pocos intelectuales que defendieron al antiguo régimen priista. La anarquía, el Estado fallido y la sangrienta guerra civil que provocó la Segunda República Española lo hicieron valorar los muchos aciertos del PRI.

No vamos a decir que México es un Estado fallido, pero la anarquía de Morena es preocupante. El desastre del Cabildo morenista de Parras es el mejor ejemplo de un Ayuntamiento fallido. La desaparición de la bancada de Morena en el Congreso local es un fracaso político. Y las tribus cuchilleras están por desbordarse.

Ricardo Monreal y Yeidekol Polevsky a nivel nacional; Guadalupe Céspedes y Miroslava Sánchez en Coahuila; Ramiro Pérez y su Cabildo en Parras son tribus enfrentadas que nos hacen recordar lo que Giulio Andreotti le dijo alguna vez al parlamentario Ciriaco de Mita, ambos de la Democracia Cristiana italiana; “En la vida hay amigos íntimos, amigos normales, conocidos, adversarios, enemigos simples, enemigos mortales y… compañeros de partido”.

Con orden y unidad el PRI Coahuila se apresta a ganar la mayoría en el Congreso local. Ellos tienen disciplina porque saben que el poder necesita tanto de la norma como de la forma para gobernar. En cambio Morena se desmorona, ellos no saben gobernar.