El desbarajuste

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El desbarajuste

La lucha política que viene, con todo lo malo que arrastra, es una posibilidad de cambiar algo la situación actual

Durante muchos años, al menos es así como lo recuerdo, la palabra corrupción tenía dedicatoria y se le otorgaba únicamente a los gobernantes. Y como todos eran del PRI entonces su aplicación creaba una especie de automatización. Muy tarde se descubrió que no pocos empresarios se enriquecieron a la sombra del PRI y, por evidente se callaba, participaron de la corrupción. El campeón del asedio a los priístas lo fue el Partido Acción Nacional especializándose en atacar al partido en el poder de manera sistemática. Decir PAN era decir oposición, lucha, crítica y honestidad. Pero, ¡ay!, los panistas no tardaron en ingresar a la cofradía de los corruptos; no todos, es evidente, como tampoco todos los priístas; sin embargo, los que entraron al negocio lo hicieron con entusiasmo. Ahora se persigue a dos exgobernadores, uno de cada partido. Y de otros partidos podríamos decir mucho, como es el caso del Verde.

En últimas fechas nos enteramos que el dirigente nacional del PAN así, como por magia, se ha regalado gastos millonarios que no son fácilmente explicables teniendo en cuenta su propia vida, edad y trabajos realizados, incluyendo el de dirigente. No creo que se le pueda inculpar sin pruebas acerca de que sus erogaciones familiares son deshonestas pero resulta muy penoso no sólo lo que gasta sino también que haya escogido precisamente este momento para sacar del País a su familia y mantenerla lejos de la Patria a la que él pretende salvar del mal gobierno.

En lo que toca al fugitivo Javier Duarte, la gente se empieza a preguntar si su pretendida fuga no fuera un acuerdo con el Presidente. Considero que no, que eso sería el ingreso al infierno, pero peores cosas nos ha hecho ver nuestro máximo líder. La duda viene de los cambios que realizó en el gabinete. Proponer un nuevo Procurador que había tenido él mismo problemas con la ley fue el máximo atrevimiento. Poner a la exprocuradora a guardarle las espaldas es una muestra del poco respeto que tiene por la inteligencia. Una mujer sin gracia, que no tuvo ni un acierto en su encargo (la recuerdo, todavía, agachada sobre el túnel que hizo Joaquín “El Chapo” Guzmán, contaminando la escena del crimen unas horas después de sucedido…). Peña Nieto tardó en sacar al primer Procurador, Jesús Murillo Karam. Titubeó para deshacerse del nefasto Luis Videgaray y ahora no se atrevió a prescindir de la señora Arely Gómez y la cobijó bajo su manto protector.  

Ahora estamos viendo la saturación visual de los candidatos y no tardará mucho en que lleguemos al hartazgo de anuncios en radio y televisión de programas y promesas, cuando no de ataques violentos entre partidos y candidatos. Algunos de los que se están lanzando al ruedo ya habían hecho promesas que nunca cumplieron, ¿cómo se atreven a prometer una vez más? Lo hacen porque es parte del libreto.

Mal haremos si nos dejamos vencer por el cansancio. La lucha política que viene, con todo lo malo que arrastra, es una posibilidad de cambiar algo la situación actual. No es raro que en el seno del PRI hayan surgido desavenencias, distanciamientos, rupturas. De sus siete candidatos visibles al menos tres se están yendo por la desobediencia porque es su única o última posibilidad de alcanzar la gubernatura.

La saturación es parte del proceso, es parte de su proceso (el de los partidos y sus candidatos) destinado a crear un ambiente. Pensando en esto recordé que el gran escritor y filósofo Michel de Montaigne, en pleno final del siglo 16 se lanzó a participar en el parlamento de su provincia francesa y luego llegó a alcalde de Ruán y renunció a los puestos políticos antes de que se terminaran porque lo alejaban de la verdad y la justicia. Bueno, no podríamos esperar que en Coahuila exista un Montaigne, menos en nuestros tiempos, pero desearíamos algunas muestras de compasión, humanismo, honestidad.

Vivimos tiempos peliagudos y otros no habrá, al menos a corto plazo. Si nos situamos en el concierto de las naciones comprobamos que son minoría las que tienen un rumbo positivo. Nuestro país no es una excepción. Dígase lo mismo mirando a las 32 entidades federales de México: dos o tres pueden servir de ejemplo en algún rubro, no en todos. ¿Alguien se levantó queriendo joder a México?