Denís Vashurin parece un niño pero en realidad es un hombre de 32 años que vive en Rusia y trabaja en una empresa de suministro eléctrico.

Hace dos décadas “dejó de crecer” y vive atrapado en el cuerpo de un adolescente de 13 años.

Durante su educación Denís no tuvo complicaciones con las notas ni en cátedras como educación física. Pero sí contó que ya desde la guardería sus padres comenzaron a notar que no crecía como el resto de los niños.

Aunque a simple vista parece un 'chico simpático', a Denís le molesta tener que dar explicaciones sobre lo que hace a las personas que creen que es un adolescente. 

Denís piensa y actúa como le corresponde a su edad cronológica, tiene novia, trabaja en una empresa de servicio eléctrico y tiene su licencia de conducir al día.

'A veces pienso en por qué me pasa esto. Y al principio, cuando me di cuenta de lo que me estaba pasando, sentí incertidumbre. No sabía cómo sería mi vida'.

El joven asegura que, aunque no aparente los 32, por dentro su cuerpo se comporta de acuerdo con su edad cronológica, e «incluso siente los mismos dolores que los adultos».

Le pide a la sociedad que no lo juzgue solo por su aspecto: “No puedes vivir mi vida. No sabes cómo vivirías en mi cuerpo, en mi situación, en qué tipo de persona te convertirías. Por lo tanto, no juzgues”.