El costo de los Juegos Olímpicos

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El costo de los Juegos Olímpicos

A lo largo de la historia, los Juegos Olímpicos han servido a los países sede como un escaparate para proyectar una imagen positiva al mundo y como un instrumento para propiciar el desarrollo económico regional, ya que la derrama económica que se obtenía de los Juegos compensaba por mucho las inversiones en estadios e instalaciones.

Pero desde hace algunas ediciones la dinámica se ha invertido, los Juegos Olímpicos han dejado de representar una inversión para los países sede y se han convertido en una carga financiera importante que países en vías de desarrollo, como es el caso de Brasil, difícilmente pueden soportar, debido a que destinar más dinero a los Juegos, implica quitarle dinero a los programas sociales o a la obra pública.

El ejemplo más claro del impacto económico negativo de los Juegos Olímpicos es el de Atenas 2004, cuyos estadios hoy se encuentran en abandono y el déficit público generado por la poca derrama económica que tuvo el país por las Olimpiadas, combinado con el alto costo de las mismas, fueron algunos de los factores que sentaron las bases para la crisis económica que se presentó 10 años después.

Siguiendo esa lógica, el caso de Brasil es la confirmación de que el modelo de negocios de los Juegos Olímpicos tiene que replantearse, ya que el evento apenas va a comenzar y ya se percibe la incapacidad de dicho país para lidiar con todos los compromisos económicos que vienen aparejados a los juegos. 

Por ejemplo: hay muchas instalaciones que se habían planeado que ya no se llevarán a cabo, los inmuebles deportivos tienen bastantes desperfectos. Lo peor es que las villas olímpicas siguen en pésimas condiciones, al grado que algunas delegaciones como la de Australia prefirieron trasladarse a un hotel y correr con los costos, en lugar de quedarse en las habitaciones a medio terminar que les ofrecían.

Lo peor es que el gobierno de Brasil ha hecho una inversión muy importante, sacrificando demandas sociales, que no se verá compensada, ya que la derrama económica, aunque sea mucha, no será de la misma cuantía que los gastos.

De hecho, los altos costos de los Juegos están provocando que sea inviable que ciudades de países en vías de desarrollo opten por ser sede de estos eventos. De tal manera que si se quiere que los próximos Juegos se distribuyan siempre entre la misma veintena de países, el modelo de costos de los Olímpicos se debe replantear de manera profunda.

Lo primero que tenemos que considerar es que los Juegos deben ser viables para el país sede, es decir, que los ingresos por turismo y marketing compensen al menos los costos en los que se incurrió, ya que ninguna empresa puede subsistir si gasta más de lo que ingresa.

Por ende, el Comité Olímpico Internacional debe bajar sus expectativas y dejar que las ciudades sede gasten menos en los eventos y que haya un esquema de construcción de instalaciones sostenibles como el que se dio en Londres 2014. 

victorsanval@gmail.com
@victorsanval