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El cortometraje: La sabiduría de quien se relaciona con la naturaleza
Lo que empezó como un taller se convirtió en toda una industria de cine documental en la que el objetivo principal fue el trabajo colaborativo y llevar el mensaje que la comunidad necesitaba, el de salvaguardar al río que provee de alimento y trabajo a Jalcomulco, un pueblito de Veracruz.
La Taberna El Cerdo de Babel fue el espacio adecuado para que amigos, familiares y visitantes fueran testigos no solo del trabajo de los jóvenes y adultos de tres comunidades: Rancho viejo, Xico y Jalcomulco, sino de presentar también el impulso que Espora producciones ha logrado a través de los cortometrajes.
Fue el pasado 28 de septiembre cuando se mostraron al público tres cortometrajes que son el resultado del Primer Taller de Cine Documental Colaborativo "Cine del Río, Historias de Jalcomulco, que se realizó del 17 al 23 de mayo en el que se ofrecieron 12 becas con el fin de fomentar la participación de la población de Jalcomulco, Veracruz en la cultura y las artes visuales.
Después de una semana de trabajo en la que cada participante recibió conocimientos sobre producción audiovisual, cada uno empezó a generar historias para aplicarlos en un cortometraje que versara en dos ejes principales: cultura y biodiversidad.
Elí Vázquez hizo alusión a la forma en la que se empezaron a interesar en la filmación de los cortometrajes y la importancia que estos tienen para que los pueblos hagan uso de ellos y colaboren con causas sociales y ambientales que les atañen.
"Jalcomulco es un pueblo con el que hemos trabajado desde 2014 aproximadamente, cuando empezó todo el movimiento de que el gobierno quería instalar una hidroeléctrica en la cuenca del río", comentó Andrea Ayala, una de las tallerista del proyecto a manera de instroducción sobre el contexto en el que se desenvuelven los tres cortos.
De acuerdo a las palabras de Elí y Andrea, los pobladores de estas comunidades pudieron experimentar mediante estas herramientas digitales una forma diferente de verse e identificarse, además pudieron difundir el problema al que se enfrentaban en caso de que el gobierno estatal de Veracruz, decidiera abrir la termoeléctrica.
De ese intenso trabajo resultaron los cortometrajes "Bobillo. Del agua a la tierra", "Coatachica" y "Río, una corriente de vida", con ellos los habitantes manifiestan la importancia de la cuenca del río no sólo como forma de vida, sino como parte de la tradición oral en la historia del pueblo de Jalcomulco.
"Coatachica" es una alusión al dios del agua, al que los pobladores respetan y rinden tributo. Es uno de los principales relatos que se cuenta de generación en generación en el pueblo de Jalcomulco. Narra la historia sobre un ser fantástico que habita el río Los Pescados; esto representa en la gente, una evocación de sentimientos causados por la inmensidad del río.
"Río, una corriente de vida" es la narración de la experiencia que tiene un pescador de camarón y la forma en la que se obtiene para ser vendido en los restaurantes de la localidad. José “Chapa” es un pescador de Jalcomulco que nos comparte su experiencia en la captura de camarones y su íntima relación con el río, mostrándonos el arduo trabajo que implica esta actividad tan característica del pueblo y el gran esfuerzo que hay detrás de un platillo de camarones.
En todos los cortos, la cultura de la biodiversidad y el medioambiente son temas torales que los habitantes de Jalcomulco miran con la filosofía y sabiduría que les da el estar en constante contacto con la naturaleza.