El Congreso local y el cacique de Parras

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El Congreso local y el cacique de Parras

Las diputadas y los diputados de la LXI Legislatura del Congreso Estatal de Coahuila tienen hoy la histórica oportunidad de convertirse en un Poder independiente, dejar de ser lo que han sido por muchos años: una oficialía del Poder Ejecutivo, condición humillante comparada con la hazaña de la XXII Legislatura local, cuando el 19 de febrero de 1913 sus diputados desconocieron al usurpador Victoriano Huerta, asesino del mártir párrense, don Francisco I. Madero. Desde entonces pocas luces, nada digno de resaltar se ha conocido de este Congreso local.

Y decimos que estos jóvenes altruistas son un parabién de Saltillo porque ciertamente que el bienestar de una ciudad no se mide por la fortuna de los que viven de una manera más desahogada, sino por la condición en que viven los menos afortunados en esa comunidad.

Y este columnista, que suele ejercer la crítica citando paradojas, hoy les pide a los integrantes de la LXI Legislatura que tengan vergüenza, que no pierdan su dignidad –como lo hace una mujer del PRD, ¿tanta lucha por la equidad de género para acabar en eso?–, que no se vendan, que hagan realidad la separación de Poderes y que volteen a ver el caso de Parras, donde el régimen corrupto y ladrón del Partido Verde Ecologista de México tiene concesionado el municipio desde hace años, donde su cacique ha sometido al pueblo al nivel más bajo de abyección –como es el derecho de pernada– ya lo declaró al periodista Alejandro Montes de El Jornal, que en un año de su gobierno puede hacer muchas cosas, entre ellas: “embarazar a una mujer y hacerle un niño”.

Y es una paradoja que ahora un ciudadano le pida a sus representantes de esta LXI Legislatura actuar en contra del cacique Evaristo Madero Marcos, cuya satrapía ha llegado al soberbio desdén de asumir su responsabilidad política, al frente del municipio, tres días después de lo que marca la ley, con una desfachatez propia de un vulgar sacamantecas, que llega para encubrir todos los abusos, el saqueo y la feroz rapiña del alcalde, de su propio partido, que se fue sin cumplir con la entrega-recepción; otro rufián del Partido Verde con alias de estupefaciente, apodo que bien define su personalidad.

Y es que los alcaldes del PVEM impuestos a Parras por el PRI, el IEC, tribunales y el pasado Gobierno estatal han asumido que el erario es patrimonial y lo han ejercido a discreción en beneficio propio, el de sus familias, las primeras damas y de sus concubinas, con cero obra pública y dejando endeudado al municipio.

Es por eso que esta LXI Legislatura debe proceder de alguna forma, mediante exhortos, puntos de acuerdo, fiscalización o simple debate público de todas las corruptelas cometidas por el régimen del PVEM en Parras de la Fuente.

La evidencia está ahí para denunciarla: el robo del mercado municipal, la carretera “El Capricho”, el nepotismo, empresas fantasma, pensiones sin derecho, concesiones y terrenos adjudicados a funcionarios y ediles, deuda municipal, los abusos de las “primeras damas”, el desvío de los recursos de Pueblos Mágicos, los abusos del “asesor financiero”, etc.

Por eso hoy exhortamos a esta LXI Legislatura del Congreso local, a efecto de aclarar, decir qué pasó con cientos de millones del erario en la pasada administración de Parras y en la antepasada del propio cacique, también a debatir qué procede en contra de Madero Marcos por tomar protesta fuera de ley, por nombrar a su prima como tesorera municipal, todo con la anuencia de la inútil Fiscalía Anticorrupción que, bien sabemos, es una instancia grotesca y bufa, como lo será esta Legislatura en caso de convertirse de nueva cuenta en oficialía del Poder Ejecutivo estatal.