El colapso del sistema educativo: el cierre de las escuelas privadas

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El colapso del sistema educativo: el cierre de las escuelas privadas

Más de una vez ha sido nota nacional el peligro que corren las escuelas privadas ante el cierre por la crisis provocada por el COVID-19.  Se hablan que si no abren pronto (en el próximo mes) las escuelas privadas estarían cerrando definitivamente alrededor de 20 mil escuelas privadas en México, lo que equivale al 40% del total que existen hoy. De ese tamaño es el problema.

Durante el ciclo escolar 2019-2020 (el que estaba antes de la pandemia) las escuelas particulares aportaron en promedio 480 mil empleos formales. Tomando esa cifra de base, se podría estar la pérdida de poco más de 150 mil empleos para el verano de este año por el cierre de escuelas privadas.

Por otro lado, las escuelas particulares atienden alrededor de 5 millones y medio de estudiantes, lo que representa  entre el 15 y 20% del alumnado total de educación básica (primaria y secundaria) en el país. Al hablarse del cierre del 40% de estas escuelas, estaríamos entrando al reto de incluir en el ciclo escolar 2021-2022 a casi dos millones de nuevos alumnos y alumnas.

¿Qué significa esto para el sistema educativo?

Antes de la pandemia, los salones de clase en zonas metropolitanas como Monterrey, Guadalajara, Toluca, Puebla, Ciudad de México podían tener hasta 60 niñas y niños.

El problema está no solamente en la gestión administrativa que tendrá a todos niveles dentro de la Secretaria de Educación Pública la entrada de estos nuevos estudiantes, sino también que en algún momento (esperamos que sea muy pronto) las niñas y los niños tendrán que volver a las aulas, y simplemente no van a tener sillas suficientes (cabe mencionar que muchas escuelas en México no tenían el material didáctico ni el mobiliario suficiente antes de pandemia) ni los maestros necesarios para atender las demanda educativa del país.

Si bien este ciclo escolar 2020-2021 ya habían salido un poco menos de 3 millones de estudiantes de escuelas privadas a escuelas públicas debido a que padres de familia buscaban la validez oficial y ahorrar un poco más ante la crisis. Estos 3 millones de estudiantes nuevos nunca han estado físicamente en las escuelas públicas. Ahora bien, eso no quita el reto que ha sido para las maestras y maestros incluirlos a distancia (sin conocerlos).

Hablar del derecho a la educación no es cualquier cosa. La educación pública, gratuita y laica como lo establece nuestro artículo tercero de la Constitución requiere presupuesto, pero sobre todo la capacidad de gestión y la toma de decisiones preventivas (no reactivas) a las realidades que enfrenta el país hoy.

Señor Presidente, señora secretaria de Educación Pública, pongamos sobre la mesa el tema de las escuelas particulares. El efecto que tendrá será dominó y nos afectará a todas y todos. La dicotomía entre lo privado y lo público no debe existir cuando estamos hablando del futuro de las y los mexicanos.