El cine y sus mensajes espaciales

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El cine y sus mensajes espaciales

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Cuando el hombre está ahí arriba dice siempre la verdad; estos son filmes de astronautas que nos advierten sobre el espacio

LOS ÁNGELES.- No, casi nunca las señales que nos llegan desde el espacio dicen cosas positivas de los que habitamos en la Tierra. Es más bien al contrario. La naturaleza humana toma todo tipo de formas y metáforas en el cine, pero es en aquellas películas ambientadas en el espacio en las que, despojados de las convenciones sociales que dicta el planeta Tierra, el comportamiento de los humanos se visceraliza y saca su verdadero instinto. Y normalmente no suele ser bonito.

Este año se estrenó la nueva película de Ridley Scott, “Misión Rescate” (“The Martian”), con el protagonismo de Matt Damon, que se suma a la tendencia de los últimos años por producir filmes de gran presupuesto sobre este tema (como “Gravity” o “Interstellar”).

A continuación, repasamos algunos ejemplos de cine espacial que nos envían mensajes inquietantes a los terraqueos. Está en nuestra mano hacer (o no) caso al recado.

Apolo

‘APOLO 13’
(Ron Howard , 1995)

“Houston, tenemos un problema”.

Es una frase casi más conocida que la propia película. La peripecia de la tripulación del “Apolo 13” (basada en hechos reales) cuenta la carrera espacial pasada de moda: tan solo un año después de que el mundo entero contuviera la respiración con los primeros pasos del hombre sobre la Luna, a nadie le importaban ya las siguientes expediciones, que ni siquiera eran televisadas. Todo cambió cuando una explosión imposibilita su regreso a la Tierra y todo el país está pendiente de ellos.

El recado que nos envía... A nadie le importa tanto tu existencia como cuando eres carne sensacionalista.

2001, odisea en el espacio

‘2001: A Space Odyssey’
(Stanley Kubrick, 1968)

Lo normal es que una película del espacio apueste por la alegoría de una sola cuestión humana, pero el director Stanley Kubrick lo quería todo. “2001” es un hito de los efectos visuales y las miniaturas, y además plantea conflictos acerca del existencialismo, la tecnología, la evolución humana, la inteligencia artificial y la vida alienígena. Un año antes de la llegada del hombre a la Luna (fue en 1969 y la película es de 1968), Kubrick fantaseó con esta hipótesis. Arthur C. Clarke, autor del relato en el que se basa, escribió la novela mientras trabajaba en el guión a cuatro manos con Kubrick. Probablemente porque sabía que la ausencia de comunicación verbal y el tono críptico de la película dejarían al público confundido. Gracias a la novela, sabemos que el monolito es un símbolo construido por una raza extraterrestre que evolucionó de vida orgánica a biomecánica, y de ahí a pura energía que viaja por el cosmos. El monolito marca cada salto cualitativo de la evolución humana: el aprendizaje de las herramientas, la conquista del espacio y la conversión en entes no sujetos al espacio.

El recado que nos envía... El ser humano evolucionará hasta que la inteligencia artificial sea más lista que nosotros.

Armagedón

‘ARMAGEDDON’
(Michael Bay, 1998)

Un grupo de extractores de petróleo tiene que aterrizar en un meteorito, taladrar un agujero y soltar una bomba nuclear que salve al planeta Tierra. Por el camino, vivirán aventuras con un ruso y un militar que lo soluciona todo a tiros. Así es, estamos en una película de Michael Bay.

La prepotencia y la testosterona son la ley de una misión espacial que parece concebida por dos niños de cinco años jugando con legos. No obstante, está tan bien explicada que se vieron obligados a aclarar que “la cooperación prestada por la NASA no significa que respalden la base científica de esta película”, ya que al parecer Bruce Willis (el protagonista) necesitaría una cabeza nuclear mil millones de veces más potente que la que saca en la película.

El recado que nos envía... En el caso de que llegue el fin del mundo, dependemos totalmente de Estados Unidos.

Moon

‘MOON’
(Duncan Jones, 2009)

El propósito de la existencia humana le preocupa mucho al cine hasta los muñecos de “Toy Story” o la escotilla de “Lost” en la que debía introducirse un código cada 108 minutos.

Como quería demostrar el extravagantepsicólogo Stanley Milgram, dale a alguien una tarea que crea importante y se pasará el tiempo que quieras ejecutándola. Esa es la premisa de “Moon”, en la que Sam Bell (Sam Rockwell) debe pasar tres años supervisando la extracción de combustible en la Luna, hasta que su empresa traspapela un par de documentos y Sam se topa con un clon suyo. Y no, no es una comedia de enredo. El director es Duncan Jones, hijo de David Bowie, así que si todo sigue su curso el hijo de Duncan por fin se hará astronauta de verdad.

El recado que nos envía... Tener un trabajo nos hace cuestionar el mundo menos, y por lo tanto ser más manejables.

Gravity

‘GRAVITY ’
(Alfonso Cuarón, 2013)

A pesar del estupor generalizado, la elección de Sandra Bullock para interpretar a una ingeniera biomédica que nadie sabe muy bien qué pinta en el espacio es muy lógica. Los apuros de la doctora Ryan Stone (Bullock), gracias a la convulsa cámara de Cuarón, se convierten en nuestra angustia; y la torpeza de su peripecia resulta desesperadamente verosímil.

Si algo queda claro en “Gravity” es que el espacio es un lugar hostil, no apto para la superviviencia humana por culpa de la gravitación infinita y la chatarra letal. Pero la vida siempre se abre camino, o al menos lo intentará de forma instintiva.

El recado que nos envía... Solo cortando el cordón umbilical que te ata a lo establecido podrás renacer.

Interstellar

‘INTERSTELLAR’
(Christopher Nolan, 2014)

Sólo Christopher Nolan podría coger 146 millones de euros y hacer una película cuyo mensaje es “yo, te amo con la fuerza de los mares”. “Interstellar” es tan sobria en el diseño de naves y planetas como ambiciosa en su planteamiento: la Tierra es un lugar irrespirable, por lo que Cooper (Matthew McConaughey) lidera una misión sin retorno para encontrar otro planeta adecuado.

Todo en “Interstellar” es intenso. La tensión es asfixiante, la música del órgano fuera de control, los astronautas egoístas sirven para ver lo generoso que es Cooper y las lágrimas caen de dos en dos. Este maniqueísmo conduce a una exigencia para el espectador: la fuerza del amor puede cuantificarse e impactar en otras fuerzas físicas. Desde luego, nadie puede decir que vio venir ese discurso.

El recado que nos envía... La madre naturaleza nos va a acabar echando a patadas, y nos lo mereceremos.

Marte: Misión rescate

‘Misión rescate’
(Ridley Scott, 2015)

Una entrega más del subgénero “misión que pone en peligro la vida de varias personas para rescatar a Matt Damon”, en la que Ridley Scott vuelve a rodar con ímpetu. Puro entretenimiento de aventuras que celebra la existencia de las grandes mentes, de cuya financiación depende nuestro futuro, ennoblece el trabajo en equipo y se ríe de nuestra obsesión por colonizarlo todo. Ya decía Pocahontas que “te crees señor de todo territorio”, y ahora que hemos encontrado agua en Marte (convenientemente, durante la semana de promoción de esta película) es cuestión de tiempo que alguien monte allí un spa.

Basada en la novela “El Marciano”, de Andy Weir, y celebrada por la crítica como un entretenimiento puro de aventuras, la cinta se aleja del tono filosófico y trascendental del cine espacial reciente. Aun así, es una película con mensaje: el trabajo en equipo y las grandes mentes salvarán a una humanidad obsesionada con colonizar allá donde vaya. El cine ambientado en el espacio suele proponer no sólo el deleite visual del espectador, sino también un mensaje sobre cómo hacer de la Tierra un lugar más decente.

El recado que nos envía... Para conseguir el éxito, ningún miembro del equipo debe quedarse por el camino.