Usted está aquí
"El cine es una terapia y puede cambiar vidas”: Eduardo Verástegui
El actor y productor mexicano Eduardo Verástegui está convencido de que "el cine es terapia y puede cambiar vidas para siempre", un propósito que le ha acompañado en su último proyecto, "Little Boy", que promociona estos días en España.
Tras el éxito cosechado con "Bella" (2006), el tándem que forma con el director y guionista Alejandro Monteverde propone una nueva "inyección de motivación interna" con esta fábula sobre la fe protagonizada por un niño y pensada para toda la familia.
Con un presupuesto de unos 20 millones de dólares y un reparto con estrellas como Emily Watson o Tom Wilkinson, ambos nominados al Óscar -dos veces cada uno-, "Little Boy" es una producción independiente hecha con grandes mimbres, que se filmó en los estudios mexicanos de Rosarito, los mismos de "Titanic".
"Hacerlo todo solo tiene ventajas y desventajas", explicó a Efe Verástegui. "Tienes el poder de controlar el contenido pero no tienes la infraestructura de Hollywood, por eso tardamos cinco años en sacarla adelante".
El también excantante define "Little Boy" como "un cuento para adultos desde la perspectiva de un niño de ocho años" que busca "entretener, despertar al niño que llevamos dentro y motivar para convertirnos en agente de cambio", como el protagonista.
Ambientada en una pequeña ciudad de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, la película cuenta la historia de Pepper Busbee, un niño que sufre las burlas de sus compañeros por su escasa estatura y cuyo mundo parece derrumbarse el día en que su padre es reclutado para ir al frente.
Inspirado por su héroe de cómic, el mago Ben Eagle, "Little Boy" se empeña en que puede lograr lo imposible -hacer que su padre vuelva a casa- si cree firmemente en ello y lleva a cabo una serie de misiones, como hacerse amigo de un anciano japonés al que nadie habla en el pueblo.
Verástegui explica que la idea para esta historia le llegó a Monteverde cuando estaba viendo un documental sobre la Segunda Guerra Mundial en el que contaban que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima recibió el nombre de "Little Boy".
"Hemos querido darle la vuelta y lanzar una bomba de luz y de amor a la audiencia", señaló.
Se ha dado la fatalidad de que en plena campaña de distribución del filme, hace un mes, el padre y el hermano de Monteverde fueron hallados muertos, víctimas de un secuestro y posterior asesinato, a pesar de que sus familiares pagaron un rescate.
"Todos nos vamos a enfrentar en la vida al dolor y a la pérdida", dice al respecto Verástegui, un hombre muy religioso. "Precisamente la película habla de eso y de la necesidad de tener una fe profunda. Cualquiera que sea tu montaña, al final del día hay que salir adelante y no perder la fe, el amor y la esperanza", subraya.
Verástegui y Monteverde ya tienen en marcha lo que será su siguiente proyecto juntos a través de la productora Metanoia Films, un filme bíblico con el título provisional "Mary" sobre cómo María, José y su hijo Jesús escaparon de la matanza de Herodes.
"No tiene nada malo hacer películas de santos. Mel Gibson hizo 'La pasión de Cristo', pero para mí lo importante es contar historias emotivas y que inspiren, sean religiosas o no", asegura.