Su vida se podría resumir en tres conceptos: rebeldía, inconformismo con el orden establecido y tenacidad por alcanzar un fin. Así es, así fue y así ha sido siempre. Conocí a Luis Alfonso González Zozaya allá por el lejano año de 1982, los dos en primero de secundaria, diferentes escuelas pero unidos por los amigos, la fiesta y el rock.

Nos acompañábamos siempre con mi entrañable hermano Fernando González quien junto a Samuel Herrera, Sergio Farías, Jorge Cuevas, Hugo Argüelles, Enrique Fuentes y Carlos Escamilla, fuimos amigos en un tiempo en donde la vida nos pertenecía, una donde el mundo aún no se encargaba de decepcionarnos. Juntos vivimos días magníficos en donde con un fervor religioso visitábamos “La Vaca Pinta”, nuestro refugio en donde evadíamos con éxito la maldita realidad.

Inseparables por muchos años junto a mi compadre viajé, soñé, reí, lloré, caí y él estuvo siempre ahí con su hombro solidario para ayudar a levantarme. También el mío cuando atravesó por torbellinos y nubarrones. Luego, años más tarde, ya en otra etapa de nuestras vidas, reímos a carcajadas por nuestras tonterías de juventud y cómo contra todos los pronósticos seguimos aquí dando guerra. Ese es Luis González Zozaya “El Chopper”, un amigo de una sola pieza, alguien a quien aprecio tanto que le pedí fuera el padrino de mi boda y también el padrino de mi único hijo varón, Rodrigo. Él lo hizo con mucho gusto, yo lo quería de compadre y él aceptó serlo.

“El Chopper Zozaya” ha sido de todo: Mesero en Nueva York, luchador enmascarado, exitoso abogado litigante, motociclista -de ahí lo de “El Chopper”-, pero sobretodo músico, baterista, el mejor. Estudió derecho, pero solo por cumplir con los convencionalismos sociales y ahondó en ello al terminar también una maestría. Pero lo suyo era y es la música, y aunque no tenía ninguna garantía de que iba a triunfar, si estaba seguro de que iba a disfrutar de la vida haciendo lo que le gustaba. 

Desde muy joven se unió a varios grupos de rock locales de Saltillo como “Alta Kinesis”, “Polvo Rojo”, “Los amantes de los ajeno” y “Departamento 9”. Años después se unió a la banda de Charlie Montana, compartiendo escenarios con Maná, El Tri y La Cuca. Pero fue en Nueva York donde aprendió los secretos de Howie Mann, el gran baterista del jazz clásico y en donde su vida cambiaría para siempre: sería músico y rockero de tiempo completo. En ese empeño, años más tarde fundó la escuela de música Drums Inc. Educación musical contemporánea, él sabía que el conocimiento debe propagarse.

Pero hace días me sentí aún más orgulloso de él al leer en VANGUARDIA que “El Chopper Zozaya” presentaría su libro “Conceptos Fundamentales de Batería” y lo haría como siempre, a lo grande. El marco sería la fiesta literaria más importante del norte de México: La Feria Internacional del Libro Monterrey 2015. Otros escritores que presentarán sus obras serán Guadalupe Loaeza, Julián Herbert, Alberto Ruy Sánchez, el expresidente colombiano Álvaro Uribe, el Premio Nobel de Economía en 1998, el bengalí Amartya Sen; el escritor chileno Alberto Fuguet y la escritora estadounidense Laini Taylor. Casi nada.

El día llegó y ante un lleno completo, Luis “El Chopper” Zozaya, presentó su libro y ofreció una sesión interactiva. El público se desbordó y mi compadre pasó media tarde firmando y dedicando libros y, por supuesto, tocó con energía a su compañera de toda una vida: la batería. Su sueño se había cumplido.

Pero como no hay felicidad completa, hoy confieso que hace pocos años nos alejamos. Nos seguimos queriendo, pero estamos distantes. Las razones solo él y yo las conocemos y al principio me parecieron exageradas y hasta injustas, las formas aún más. Pero los años terminaron por darle razón: Yo me había vuelto parte de algo que en nuestra juventud despreciábamos. Por fortuna, las circunstancias de la vida me han alejado de todo eso.

Pero hoy es día de festejar y quiero decirle que presentar su obra en la Feria Internacional del Libro no es poca cosa. Que mi familia es también su familia y que nos llena de orgullo su éxito. Que sus sacrificios han valido la pena y que esperamos verlo pronto para fundirnos como familia en un abrazo y decirle: ¡Lo lograste!
   
@marcosduran