Los lugares de recreación han resultado insuficientes para la gran cantidad de visitantes locales o foráneos, abarrotan lo mismo ejidos que presas, balnearios y tradicionales paseos citadinos como la Alameda, Ciudad Deportiva y cualquier sitio donde se pueda convivir con la familia o entre amigos.

“El chiste es pasarla con la familia”, dice José Luis Guerrero, quien visitó la presa Palo Blanco en compañía de sus ocho hijos.

En Ramos Arizpe la presa Palo Blanco fue visitada por decenas de familias, donde algunas arman casas de campaña para pasar la noche a la orilla del enorme lago.

La tarde se ayer se pudo observar que decenas de visitantes, retando a la naturaleza y a las recomendaciones de Protección Civil: se metieron a nadar, con el riesgo de que pudiera suceder alguna desgracia fatal.

El lugar es vigilado por elementos del cuerpo de bomberos y paramédicos, quienes parmanecieron atentos ante cualquier incidente.

“Hasta el momento aquí en la presa Palo Blanco ha estado todo tranquilo, se han atendido nada más heridas leves como raspones por caídas, cortadas que se hacen con cuchillos al partir algún alimento, o quemaduras, pero todo leve”, comentó Juan Ignacio Espinoza Mata, teniente encargado de la ambulancia 530. 

Las albercas de Ojo Caliente también lucieron completamente llenas, y aunque los propietarios decidieron cerrar el balneario hasta que se despejara, los visitantes no dejaban de acudir ni de pedir que les hicieran un espacio, pues no tenían inconveniente en esperar.