Usted está aquí
El carbón en Coahuila, un negocio que se niega a morir
Un análisis del diario español El País no deja bien parada a la industria del carbón, y habla específicamente de Coahuila.
Y es que según proyecciones dadas a conocer por Bloomberg, México dejará de producir electricidad vía centrales carboeléctricas en 2035, algo que para Coahuila tendría un gran impacto, pues el estado cuenta con el 95% de las reservas nacionales de carbón, que durarían hasta 116 años, según datos del presidente de la Comisión de Energía del Senado, Armando Guadiana.
Pero El País ve un trágico panorama para la entidad, ya que aquí el carbón es sinónimo de vida. Y su fin es algo que se parece a la muerte.
El diario español entrevistó a un minero de San Juan de Sabinas, Homero Bermea, quien se pregunta “¿Qué haríamos todos nosotros si se acabara su explotación? Pues moriríamos de hambre, porque aquí no hay otra cosa que hacer”.
Recordemos que en el 2013, el presidente Enrique Peña Nieto firmó la sentencia de muerte del carbón para el 2026, fecha en que las centrales carboeléctricas mexicanas, las principales compradoras de los productores locales, debían cerrar. El objetivo: reducir las emisiones de una de las formas de generación de energía más contaminantes, y México se había visto obligado a cumplir con los objetivos climáticos que acompañaban a la reforma energética impulsada por el Gobierno priista de ese entonces.
Pero la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador quiere que “las centrales que actualmente están trabajando con carbón se sostengan hasta el término de su vida útil”, según ha afirmado el director de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Carlos Morales Mar.
El País expone las declaraciones del coahuilense Reyes Flores Hurtado, delegado en Coahuila del Gobierno Federal, quien afirma que "hay una apuesta sin duda por reactivar la economía del lugar y la producción de las carboeléctricas”, pues “si dejas de producir a base de carbón, destinas la región (Carbonífera) a desaparecer. Y no podemos permitir que eso pase”. Y los números lo apoyan: el carbón mueve unos 500 millones de dólares anuales en la región.
Según El País, al nuevo Gobierno Federal no se le ven ganas de erradicar la explotación del carbón, pues tan solo en el primer trimestre, México ha destinado 7.352 millones de pesos (390 millones de dólares) para la mejora del rendimiento de las tres carboeléctricas, casi cuatro veces más que en 2018.
Sin embargo, este apoyo para los ecologistas es una apuesta “regresiva”. Reactivar las centrales para alcanzar la independencia energética es “una visión nacionalista, mal entendida y vieja”, dice Alejandra Rabasa, abogada de la organización ambientalista Ceiba: “No reducir la generación de electricidad a base de carbón es una violación a los acuerdos internacionales y a la Ley General de Cambio Climático, que establece la descarbonización de la economía”. De seguir en este camino, agrega, “va a ser imposible” alcanzar los compromisos internacionales.
La propia Secretaría de Energía reconocía en un documento que la minería y el uso de carbón generan daños medioambientales y a la salud.