El cabildo: Encuentro con la realidad (2)

Usted está aquí

El cabildo: Encuentro con la realidad (2)

En el artículo de hoy presentamos algunos elementos sobre la función del Cabildo, específicamente el de la ciudad de Saltillo, que en el 2018 estuvo conformado por 18 regidores (11 del PRI, 3 del PAN, 2 de Morena), 2 síndicos (1 del PRI, 1 de PAN) y el Alcalde.

Un regidor es un legislador municipal; es el representante de los ciudadanos que viven en el territorio del municipio y como representante de la sociedad, debe velar por el bienestar de la ciudadanía. A pesar de que en el Reglamento Interior del R. Ayuntamiento de Saltillo, publicado en el Periódico Oficial del Estado el 20 de diciembre del 2016, se establecen las funciones mínimas de los regidores (gobernar y administrar al municipio, participando de manera colegiada en la definición de políticas y dirección de los asuntos de Saltillo, velando porque el ejercicio de la Administración Municipal se desarrolle conforme a la legislación aplicable, así como cumplir las atribuciones relacionadas con las comisiones que desempeñan, en las cuales se tratan temas concretos de la administración municipal), es muy poco lo que se exige a los regidores: asistir a las sesiones del Cabildo y formar parte de una o más comisiones. No están sujetos a un horario o reloj checador, no tienen obligación de presentar un programa de trabajo personal ni de las comisiones de las que hacen parte, mucho menos deben presentar informes de avance de proyectos (si es que tienen alguno). Por si fuera poco, están facultados para contratar uno o más asesores, cuyas funciones no están definidas, pero cuyas percepciones corren a cargo de la Administración Municipal.

La mayor parte de los ciudadanos votantes que en su momento acuden a las urnas lo hacen sin saber que su voto determina el número de regidores de cada partido que integran el cabildo entrante. La percepción general es que estos funcionarios no sirven para nada, que el jugoso sueldo que perciben es un premio por haber aportado algo a la campaña del alcalde ganador. En fin, si los ciudadanos no saben para qué sirven los regidores, mucho menos podrán exigirles cuentas. Lo cierto es que el funcionamiento de un cabildo está sujeto a los intereses partidistas del alcalde en turno, que la mayor parte de los regidores actúan conforme a los intereses particulares del partido o grupo en el poder, en lugar de defender el bienestar de la ciudadanía, para lo que fueron supuestamente elegidos. Además de la falta de autonomía y de oficio político, los regidores en general están muy pobremente preparados para desempeñar su papel, no se interesan en los asuntos que corresponden a sus comisiones, no dan seguimiento a las dependencias del Ayuntamiento que tienen que ver con los temas que les corresponden, mucho menos informan a la ciudadanía al efecto. En consecuencia, en los acuerdos que se toman al interior del Cabildo, predomina la hegemonía del presidente municipal y su grupo político, sobre los intereses de la comunidad.

Los regidores de oposición tienen una función especialmente difícil: son mayoriteados en sus comisiones y en las sesiones del cabildo, son ignorados y rechazados por el grupo dominante en las sesiones del Cabildo; no se da seguimiento a sus propuestas, a pesar de los beneficios colectivos que éstas involucren, por el sólo hecho de ser de oposición; los argumentos y fundamentos que se presentan para respaldarlas tienen poco valor ante el voto de una mayoría que viola ordenamientos legales sin ningún recato, como ocurrió en algunas de las sesiones en que me toco participar.

El deterioro del cuerpo colegiado del Cabildo, radica en la falta de preparación, capacidad técnica y administrativa y falta de sensibilidad social de la mayoría de los  regidores, que ha convertido a la administración pública en un aparato ineficiente, rígido, sometido a intereses personales y sectoriales, colonizado por el partido político en el poder. Se requiere de una nueva gestión pública a nivel municipal, que asuma la formación de síndicos y regidores con capacidad de dar respuesta a los requerimientos de una ciudadanía cada vez más organizada e informada, que exige de su gobierno cercanía y responsabilidad para lograr con obras y acciones, mejores condiciones de vida y constante prosperidad. Los regidores como legisladores municipales deben velar por el bienestar de la ciudadanía y generar propuestas para realizar reformas, derogaciones o adiciones a los reglamentos municipales, establecer condiciones para beneficiar a todos los sectores de la sociedad y no actuar de acuerdo a los caprichos del alcalde. Esperamos que llegue el día en que los alcaldes tengan la madurez suficiente para otorgarles a los regidores la autonomía que les corresponde y los cabildos dejen de ser el talón de Aquiles de las administraciones municipales. Por lo pronto los ejes del Plan Municipal Saltillo 2018: Saltillo Ciudadano, Saltillo Honesto, Saltillo Dinámico, Saltillo Incluyente, no aplicaron para el funcionamiento democrático del Cabildo.

Los tiempos ya no son los mismos. El ciudadano exige respuesta de sus autoridades y eso se debe de observar en esta nueva era de la “cuarta transformación”. No se puede seguir engañando al pueblo. ¡El pueblo ya despertó!

Continuará…

elcisne2002@prodigy.net.mx