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El Bosco: Moderador de la humanidad errada
Pocos son los documentos que existen para establecer una biografía exacta del pintor, motivo que acrecienta el suspenso de saber qué es lo que sucedía en la cabeza de el Bosco para crear sus desencarnados paisajes moralizadores, críticos y hasta humorísticos.
Se estima que nació cerca del año 1450 al norte del Ducado de Brabante, lo que hoy conocemos como Países Bajos y que su nombre era Jheronimus Van Aken aunque utilizaba el pseudónimo de Jheronimus Bosch, el Bosque.
Otros documentos demuestran que pintó las puertas de la capilla de la catedral de San Juan en 1461, que se casó y tuvo tres hijos entre 1444 y 1499, confirman que pintó en 1504 un juicio final para el duque de Borgoña Felipe el Hermoso.
Existe la confirmación de su muerte por aparecer en la lista de fallecidos de los hermanos de la cofradía en 1516, donde se le describió como “pintor muy famoso, fallecido”.
Hay documentos como actas de matrimonio, contratos de ventas y otras actividades en las que el pintor actuó como testigo o responsable.
Es por ello que, al día de hoy lo único que queda para saber sobre él es su obra, único remanente que pudiera esclarecer los misterio que llevaron a este hombre a plasmar sus ya reconocidas obras, que lo colocan como uno de los más famosos ejecutantes del simbolismo religioso.
En VANGUARDIA, realizamos un recorrido por algunos aspectos característicos de el Bosco y su trabajo.