El Bosco: Moderador de la humanidad errada

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El Bosco: Moderador de la humanidad errada

Foto: Especial
Durante el mes de agosto se cumplen 500 años de la muerte de el Bosco, pintor que por poner forma a los horrores del infierno pudo trascender los siglos de entre los múltipes intérpretes plásticos de la biblia

Pocos son los documentos que existen para establecer una biografía exacta del pintor, motivo que acrecienta el suspenso de saber qué es lo que sucedía en la cabeza de el Bosco para crear sus desencarnados paisajes moralizadores, críticos y hasta humorísticos.

Se estima que nació cerca del año 1450 al norte del Ducado de Brabante, lo que hoy conocemos como Países Bajos y que su nombre era Jheronimus Van Aken aunque utilizaba el pseudónimo de Jheronimus Bosch, el Bosque.

Otros documentos demuestran que pintó las puertas de la capilla de la catedral de San Juan en 1461, que se casó y tuvo tres hijos entre 1444 y 1499, confirman que pintó en 1504 un juicio final para el duque de Borgoña Felipe el Hermoso.

Existe la confirmación de su muerte por aparecer en la lista de fallecidos de los hermanos de la cofradía en 1516, donde se le describió como “pintor muy famoso, fallecido”.

Hay documentos como actas de matrimonio, contratos de ventas y otras actividades en las que el pintor actuó como testigo o responsable.

Es por ello que, al día de hoy lo único que queda para saber sobre él es su obra, único remanente que pudiera esclarecer los misterio que llevaron a este hombre a plasmar sus ya reconocidas obras, que lo colocan como uno de los más famosos ejecutantes del simbolismo religioso.

En VANGUARDIA, realizamos un recorrido por algunos aspectos característicos de el Bosco y su trabajo.

1
Lo último de el Bosco
Por la cronología que se le ha otorgado a sus obras, se cree que el bosco tuvo como una de sus últimas fijaciones a las tentaciones de los santos en la tierra y el ecce homo. Aunque la pasión de Cristo se considera un tema que cualquier artista que se basa en la biblia llega a abordar, Bosco hace muestra en su ‘Cristo con la cruz a cuestas’ de distintos niveles de interpretación en la superioridad de Jesús y la ira satírica en los rostros del pueblo, quienes además muestran el halo antisemita que también tenía presencia en su obra.
2
¿ Por qué nadie linchó a El Bosco?
La irreverencia en las pinturas del Bosco contenían imágenes, mensajes y atrevimientos que, por mucho menos, habrían llevado a otros artistas de la época a la ejecución por herejía. Es por ello que varios historiadores del arte sospechan que el pintor debió ser una figura de respeto, muy católico y reservado que logró que su trabajo fuera visto como una herramienta de adoctrinamiento religioso y a la vez una forma de desahogar la personalidad que le era imposible sacar a la luz.
3
El máximo de un pintor en tres
Los trípticos eran una práctica común en la pintura europea en los siglos XV y XVI, sin embargo los del Bosco son sus obras no sólo más reconocidas sino en las que alcanzó la mayor expresión de sus habilidades. Aunque la parte central de ‘El Jardín de las delicias’ sobresale, se considera que fue en ‘Las Tentaciones de San Antonio’ es donde logra su mayor mérito en un uso inigualable de la luz, la composición y el poco apreciado paisajismo excepcional que dominaba.
4
Bosco ilustrativo
Durante la época de El Bosco la humanidad aún se encontraba bajo el régimen religioso para la concepción de la justicia y la verdad, por lo que los primeros vestigios de la ilustración apenas eran visibles y el pintor evidenció esto en su obra, ya que mientras en lo evidente inspiró su obra en la interpretación de los mensajes de la biblia, es posible encontrar críticas a la iglesia y sus representantes.
5
Acción y reacción: nos iremos todos al infierno
Una de sus claras obsesiones fueron los pecados y sus consecuencias. De nuevo en ‘El jardín de las delicias’, donde en sus tres partes narra la expulsión del Edén, la gozadera de lo mundano y el castigo resultado de la omisión a las advertencias de las escrituras por guardar una vida sumisa. Aunque se piensa que podría ser obra de algún discípulo de el Bosco, ‘La mesa de los pecados’ es otro ejemplo de su obsesión por evidenciar el actuar errático de los humanos.
6
Bosco y los locos
Como otros artistas, Bosco interpretaba en sus obras el contexto que lo envolvía. ‘La piedra de la locura’ es una pieza de las etapas tempranas del pintor (según se cree), donde hace uso del simbolismo para representar la estupidez, la credulidad humana, la superstición, la ignorancia, la estafa e incluso la reflexión sobre lo que se consideraba la “locura” en aquellos tiempos.
7
Las criaturas de Bosco en drogas
Uno de los aspectos más populares en la obra de el Bosco era el surrealismo con el que interpretaba a las bestias y penitencias tenebrosas que aguardan en el infierno, concepto que desarrollaba bajo el entendimiento de éste como la ausencia de Dios. ¿Cómo era posible que alguien concibiera imágenes de éste tipo sin haberlo visto? Ha surgido la teoría de si usaba algún estimulante que lo ayudara a concebir sus atrocidades, aunque nunca se ha confirmado.
8
El Bosco de siempre
La conservación de las obras de el Bosco ha sido una odisea difícil ya que en muchas ocasiones sus lienzos fueron utilizados por encima y él mismo usaba capas de pintura muy finas. Además la documentación es tan escasa que no se puede atribuir al Bosco ninguna obra con certeza ya que aunque su estilo era muy particular, tenía discípulos que lo imitaban como espejo y a manera de homenaje, firmaban sus piezas como ‘Bosch’. Con cierto grado de pruebas, en la actualidad se le atribuyen entre 25 y 30 piezas.
9
El pintor moralizador
Durante la Europa del siglo XV, los predicadores utilizaban anécdotas cercanas para advertir a sus feligreses sobre las desventuras del pecado de una manera poco agresiva pero aún así efectiva. Las pinturas del Bosco eran vistas con cierto humor que él, como otros artistas, usaban como un recurso cuyo mensaje requiere una observación un poco más atenta tras las carcajadas.