El balance y los retos del PRD

Usted está aquí

El balance y los retos del PRD

Se acerca el final del año, y es necesario realizar un balance objetivo de los trabajos del PRD y la izquierda en este 2016. Este año fue de la alternancia en varios estados de la República, donde el PRD fue pieza clave para construir alianzas amplias, a pesar de todos los obstáculos impuestos desde el Gobierno Federal que pretendían mantener a toda costa gobiernos corruptos como los de Veracruz y Quintana Roo.

Después de los procesos electorales de este año, el PRD logró estabilizarse, un estatus que duró poco, consecuencia de la salida de quien hasta ese momento estaba al frente de la Presidencia del partido. Una nueva dirigencia se hizo cargo de continuar con la transformación del PRD, convirtiéndose en el primer y único partido político de América Latina encabezado por dos mujeres.

Indiscutiblemente, las elecciones del 2017 son el principal reto de esta nueva dirigencia, con un escenario adverso, en el que el Gobierno Federal ha intensificado su operación política para obstruir y minar cualquier posibilidad de alianzas amplias, sobre todo en el Estado de México, que constituye la principal arteria que mantiene vivas las prácticas más dañinas de la democracia en nuestro país.

Ante el escenario de una alianza opositora encabezada por la izquierda en el Estado de México, cualquier persona que se oponga a dicha posibilidad tendrá que encontrar excusas creíbles para dinamitar esa estrategia o cargar con la responsabilidad de hacerle el juego sucio al régimen. Desde el PRD hemos hecho llamados enérgicos a otras fuerzas políticas a dejar de lado intereses particulares o de grupo, incluida la sucesión presidencial de 2018, para poner por delante el interés de la gente y la construcción de un nuevo régimen democrático en México. Si algo puede anticipar la derrota electoral del PRI en 2018, será justamente la derrota en el Estado de México, lugar que los priístas han convertido en la cuna política de los dinosaurios y sinónimo de corrupción.

La resonancia de un frente amplio opositor podría concretarse en el mes de enero, será la fecha histórica clave para hacer lo necesario y dar paso a la alternancia en el Estado de México. Ahí, las baterías, los recursos públicos y el poder del Gobierno Federal, se pondrán en juego para mantener a toda costa la gubernatura.

El País tiene puestos los ojos en el Edomex, pero ganarle al nepotismo de los Moreira en Coahuila, a la corrupción del priísmo en Nayarit, y consolidar la nueva coalición mayoritaria en Veracruz para seguir avanzando hacia la transición democrática, también serán tareas importantes de la dirigencia perredista. 

No debemos perder de vista que las alianzas de 2017 abren otras posibilidades, pero no son definitorias. 

Ante el escenario inestable de la política actual, un año puede ser demasiado o muy poco para definir cualquier alianza en las elecciones de 2018. Lo previsible es que en la elección presidencial ninguna fuerza política será mayoría por sí sola. Los nuevos tiempos exigen coaliciones gobernantes que representen la pluralidad de la sociedad, y en ese sentido, la decisión que tomará el PRD será resultado de grandes debates en el Congreso Nacional de finales de 2017; y lo que ahí acordemos, sin lugar a dudas, se verá reflejado en la mayoría política y social, piedra angular del proyecto de nación progresista, que gane la Presidencia de la República, y que construya un México para todos.

¡Felices fiestas navideñas y mis mejores deseos para 2017!