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El azar
Eduardo López Hernández, catedrático e investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, me escribió hoy: “Al menos cinco personas de Mundo Sustentable Tabasco resultamos positivos a COVID -19. Desde el día 20 de diciembre estamos en aislamiento total. El 3 de enero se cumplirá la meta. En mi caso lo peor ya pasó entre lunes y miércoles. Aunque guardamos todas las medidas el azar nos pasó a afectar de último minuto”.
¿Cuántas situaciones hemos tenido que enfrentar en la vida de último minuto por azar? Eso no resulta frecuente, pero el azar existe, como existió el primer contagiado de esta terrible pandemia debido a la manoseada y poco creíble ingesta de murciélago, aunque si eso fue real tuvo que ver con una autodeterminación del chino de marras.
He vivido situaciones familiares de último minuto y generalmente no son buenas, siempre será muy difícil aceptar los fracasos de la gente que amamos porque de pronto cambió la tendencia de un trayecto, o porque se perdió el trabajo con el que apenas estaba constituyéndose un porvenir.
Ayer me enteré que todos los hijos de una prima hermana (menos uno), así como ella misma y su esposo, se contagiaron de este virus en un barrio acomodado de la ciudad de Houston, Texas, y que en los hospitales locales el servicio médico es deficiente.
En Estados Unidos, sin embargo, ya se está aplicando la vacuna anti COVID-19, pero en los supermercados y tiendas comerciales siguen abundando las aglomeraciones, y aunque haya personas vacunadas con las dos dosis pertinentes, no hay garantía de que puedan no contagiarse si abandonan los hábitos sanitarios.
En Coahuila se ha anunciado que hay vacunas –muy pocas–, y en tanto la cifra de fallecidos por la pandemia sigue aumentando. ¿Qué hemos hecho mal los mexicanos para ser víctimas del azar de último momento?
¿Un minuto de confianza entre nuestra gente? Otro amigo saltillense acaba de perder a su suegro y es que el señor vivía en la misma casa junto a dos nietos y su hija. Uno de los nietos –asintomático del virus– contagió a la familia.
La enfermedad llega por los mismos miembros de una familia y es algo que no se está evitando, salvo casos en donde la regla es no convivir con los demás sólo con el núcleo de personas que sea realmente cercano.
Un niño, sobrino mío, está contagiado y aislado. Que terrible infancia la que viven los pequeños hoy, más aún los que no tienen posibilidades de contar con acceso a redes sociales y que por lo tanto no siguieron las clases virtuales y serán parte de una generación inédita.
En tanto alguien como Donald Trump, quien luego de contagiarse recobró su salud apoyado con un séquito de médicos, presumió su condición de invencible ante el virus pudiendo haber actuado con humildad y reconocido el error de su conducta prepotente, lo que hubiera sido bien visto por los electores estadounidenses que ya habían acrecentado en un 10 por ciento su simpatía por el hombre de cabello rubio platino. Pero su boca lo hizo caer nuevamente en provocaciones y finalmente fue el candidato perdedor.
¿Qué es lo que deben hacer las autoridades federales mexicanas ante la pandemia? Actuar sin maquillar cifras, actuar con prontitud en el 2021. No podemos quedarnos como país al final de la fila detrás de muchas otras naciones y esperar que lleguen a sumar un cuarto de millón los fallecidos por el azar, ante la ausencia de una política justa e incluyente de salud.