El asteroide que mató a los dinosaurios también extinguió a los tiburones

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El asteroide que mató a los dinosaurios también extinguió a los tiburones

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La pérdida de grandes reptiles que servían como alimento para algunas especies, podría haber sido un factor contribuyente para la extinción de los predadores del mar.

Dinosaurios, aves y pterosaurios no fueron las únicas especias que sufrieron la extinción a manos del asteroide que cayó en la tierra hace 66 millones de años. Científicos han descubierto que a este evento le siguió una masiva extinción de tiburones, casi eliminando a lo que habría sido el grupo dominante de predadores del oceano durante el periodo Cretáceo.

Mientras los dinosaurios aterrorizaban la tierra, reptiles marinos gigantes y una gran diversidad de tiburones eran dueños del mar. Algunos de estos tiburones, del grupo conocido como anacorácidos, se alimentaban de moluscos marinos y reptiles, y, reportan los investigadores en la revista 'Current Biology', la perdida de estas presas debido al asteroide podría haber sido un factor contribuyente para su extinción.

"Pequeños pero importantes cambios podrían haber sido el inicio de lo que después se volvió el despliegue de carcharhiniformes, o tiburones de tierra, que son el linaje más diverso de tiburones que hay hoy en la actualidad", dice el co-autor Nicolás Campione, paleontólogo en la Universiad de Nueva inglaterra en Armidale, Australia. "Después de la extinción predominaron los carcharhiniformes... y tenemos la hipótesis de que los cambios en la alimentación jugaron un importante rol".

ILUSTRACIÓN DE JULIUS CSOTONYI / NATIONAL GEOGRAPHIC

Los esqueletos de tiburón son predominantemente cartilago, el cual se fosiliza con dificultad, haciendo el estudio de tiburones antiguos una tarea difícil. En su lugar, el grupo internacional de autores detrás de este estudio buscó algo más duradero. Analizaron cientos de dientes de tiburón de antes y después del evento de la extinción de depósitos fósiles, para ver como el número y tipo de dientes cambiaban con el tiempo. En términos generales, dientes grandes y triangulares indican una función de corte que es útil para comer presas más grandes; mientras que dientes más delgados y largos aluden más a un función para sujetar, la cual es importante al comer peces.

"Este artículo presenta evidencias importantes para estudiar tiburones y sus fósiles como parte de la extinción de finales del Cretáceo", dice William E. Bemis, curador en ictiología del Museo Cornell de Vertebrados en Ithaca, Nueva York.

"Los tiburones ofrecen una visión de cambio, particularmente en los ecosistemas marinos, de como diversos grupos de reptiles marinos se extinguieron, algunos fueron reemplazados por mamíferos marinos y otros peces se volvieron más comunes", menciona. 

Hay dos grupos importantes de tiburones predadores en la actualidad. Carcharhiniformes o tiburones de tierra - incluyendo a los tiburones tigre, toro y martillo- los cuales son los más numerosos, representando más de 250 especies. Los lamniformes o tiburones caballa - como el tiburón blanco, mako y tigre de arena- sólo cuentan con un número de 15 especies. 

Pero durante el periodo Cretácico el grupo dominante era al revés, con los tiburones caballa -  en perticular, un diverso grupo de especies de tiburón blanco llamados anacoracidos- siendo más numerosos que los tiburones de tierra. Una temible especie, la Squalicorax, alcanzaba 16 pies de largo y podría haber subsistido de reptiles marinos gigantes.

Los relativamente pequeños plesiosaurios y mosasaurios, incluyendo el Plioplatecarpio y el Prognathodon, eran presas fáciles para tiburones como el Squalicorax. Pero uno de los reptiles marines más comunes aún presentes al final del periodo Cretácico era el Mosasuario. Con 56 pies de largo, un Mosasaurio adulto hubiera sido demasiado grande como para que el Squalicorax presentara una amenaza. De hecho, este predador podría haber tenido a los tiburones como sus presas. Aún así, Campione menciona que el Squalicorax podría haber carroñado mosasaurios muertos o cazado algunos más jovenes que tenían su tamaño o eran más pequeños. Su dieta podría haber incluido mcuhas especies grandes de calamares y crustáceos, conocidos como amonitas.

Pero cuando las grandes presas de las cuales dependia estos tiburones caballa desaparecieron despúes del impacto, también lo hicieron los tiburones que se alimentaban de ellos. Casi 34 por ciento de las especies de tiburones vivas en ese tiempo se extinguieron. Muchos de los tiburones fueron eventualmente reemplazados por especies que comen peces y que son ancestros de la mayoría de los tiburones que se encuentran en el oceano hoy en día.

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"La extinción de fines del Cretácico significó una gran perdida de reptiles marinos y cefalópodos que habrían sido una importante fuente de alimento para los anacorácidos como el Squalicorax", meciona Campione. "El mundo post-extinción vio el alza de los peces huesudos, por lo que los anacoracidos, que habrían dependido en otros grandes organismos marinos como fuente de sustento, no enfrentaron bien la extinción, al contrario que aquellas especies que comian predominantemente peces, como los triaquidos".

Es interesante que la variedad de formas de dientes son similares tanto antes como después de la recuperación de especies del final del Cretácico, comenta Michael Coates, experto en la evolución del pex en la Universidad de Chicago. "Cómo metáfora, podemos decir que el show debe continuar, pero con un cambio en personajes... los reemplazos post-extinción tomaron el lugar en el ecosistema que previamente ocuparon los que fueron víctima de la extinción".

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"Es un buen estudio que añade detalles a la figura emergente de como los grandes grupos de vertebrados sufrieron y se recuperaron de la extinción masiva de finales del Cratácico", añade. "Inevitablemente, este estudio está limitado a los dientes y fósiles de tiburón, los cuáles son extremadamente raros. Pero los dientes proporcionan un marcador útil para saber las especies que estaban presentes y perduraron".

A través del estudio de dientes, los investigadores fueron "capaces de vislumbrar un fragmento en las vidas de tiburones extintos", menciona Campione. Al menos el 50 por ciento de especies vivientes de tiburón están amenazadas o disminuyendo een la actualidad, por lo que la comprensión de los hechos que llevaron a la extinción de los tiburones en el pasado podría darnos alguna idea para prevenir que sufran el mismo destino, añade. 

Traducida del original publicado por National Geographic