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El artista independiente está en el desamparo: Diego Vázquez
México, DF. La compañía de danza Laleget celebra 10 años de trabajo ininterrumpido el próximo fin de semana en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), con un programa compuesto por piezas que mostrarán al público el desarrollo del que ha sido su perfil durante la reciente década: propuestas innovadoras, emotivas y de alto nivel técnico.
Se interpretarán desde la primera coreografía que creó Diego Vázquez, director del grupo, hasta su obra reciente, para apreciar la transformación dancística, “sobre todo, para regresar un poco al minimalismo y la sobriedad que nos caracterizaba, luego de la experiencia que tuvimos al montar obras clásicas y monumentales como El Cascanueces, con grandes escenografías”.
En entrevista con La Jornada, Vázquez explica que para lograr que una pieza madure, sobre todo ante la dificultad de que las temporadas de danza son muy cortas, propone a sus bailarines ensayos durante un tiempo mayor, para evitar la presión del estreno en dos o tres semanas. Trabajamos los mismos 20 días, pero no de manera consecutiva; damos un tiempo entre ensayo y ensayo para que repose la coreografía. No me gusta hacer nada al vapor, vamos poco a poco; eso me ha funcionado.
Vázquez es egresado de la Academia de Danza de Rotterdam, Holanda. En México trabajó con Raúl Parrao, Marco Antonio Silva y Tania Pérez-Salas, entre otros colegas. En 2006 participó como bailarín solista invitado en la gira de despedida del Ballet Nacional de México.
El coreógrafo dejó la arquitectura para dedicarse a la danza, y a la coreografía en particular, por su gusto por las imágenes y el espacio.
No ayuda papá gobierno
Considera que en México, en el aspecto artístico, en general la danza corre “pocos riesgos; hay coreógrafos anquilosados que se quedan en la fórmula que ya tienen. Claro, hay sus excepciones. En cuanto a producción, aquí se tiene una ventaja que ya no existe en Europa, que es el sistema de becas.
“En Holanda tienen un programa parecido a México en Escena, en el cual uno mismo regula sus parámetros, y si no se cumplen te quitan el subsidio y la compañía desaparece. Por lo menos aquí tenemos al Fonca; allá eso no existe, no hay convocatorias de becas a cada rato, aunque hay subvenciones a nivel privado, pero no ayuda de papá gobierno.
Pero en Europa, el artista independiente tiene derecho a seguro social y a tener una cuenta para su pensión. Aquí estamos en el desamparo. Los bailarines tenemos la responsabilidad de comprar nuestro seguro de gastos médicos mayores y, cuando tenemos una gira grande, la compañía lo primero que debe hacer es asegurar a todos los bailarines, indica.
El coreógrafo también señala que hace falta un eslabón para ver teatros llenos en el país: brindar mayor educación artística y cultural al público: “en la Universidad Nacional Autónoma de México sí vemos largas filas de jóvenes, por ejemplo, cuando se pone a la venta el abono para toda la temporada de la Ofunam, pero eso no ocurre en el resto de los foros del país.
“Por eso creo que los artistas tenemos la obligación de crear ese vínculo, pero no con propuestas complacientes o fáciles. Hay que hacer proyectos que vayan a las comunidades. En 2003, en colaboración con el estado de Morelos, recorrimos 15 municipios. Llevamos danza contemporánea a las escuelas, una obra con música de The Cure y Depeche Mode que se podía adaptar a cualquier espacio.
Después, con los chavos vestidos de chinelos, bailábamos slam; se ponían loquísimos, y luego platicábamos con ellos. Muchos de esos jóvenes quizá nunca van a ir a un teatro, pero ya saben qué es la danza contemporánea. Yo sí asumo esa responsabilidad, concluyó el coreógrafo.
Laleget Danza se presentará en el teatro Raúl Flores Canelo del Cenart (Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan, colonia Country Club), del 16 al 18 de octubre, el viernes a las 20 horas, sábado a las 19 horas y domingo a las 18 horas, con las piezas Ester y False Cognate, con música de Johann Sebastian Bach, Paul Hindemith, Anton Webern y Aldo di Scalzi.