El arte del drag, un vistazo a una comunidad que crece en Saltillo

La expresión más artística de la comunidad LGBT+ abre esta serie de artículos que realizaremos con motivo del mes del Orgullo LGBTTTI
Momo Queen, el drag del escritor saltillense Livio Ávila. / Foto: Sota Rodríguez/Cortesía.

Peluca perfectamente peinada, maquillaje divino, atuendo fabuloso y tacones en combinación. De todos los grupos que conforman a la comunidad LGBT+ el drag es sin duda el más vistoso, con sus espectáculos coloridos y sus artistas derrochando creatividad en cada marcha y en cada show.

En el marco del mes del Orgullo LGBT+ VMÁS se une a la celebración presentando a este movimiento, una expresión muy artística de género, que continúa en evolución y cuya presencia en Saltillo está adquiriendo más fuerza.

 

Parte de la lucha

Se dice que fue Marsha P. Johnson, una activista gay, afroamericana y drag queen, quien lanzó el primer ladrillo durante las protestas de Stonewall —el 28 de junio de 1969—, chispa que inició una serie de disturbios y organizaciones que dieron pie a las luchas por los derechos de esta comunidad.

En su momento Johnson fue también co-fundadora de la asociación S.T.A.R. (Street Transvestite Action Revolutionaries), modeló para Andy Warhol y llevó a cabo shows drag con su grupo Hot Peaches.

El drag que identificamos actualmente como tal tomó forma en la época de Johnson, a mediados del siglo 20 —pues expresiones de travestismo se pueden encontrar hasta en los albores de la humanidad—, en los Estados Unidos, pero no alcanzó popularidad entre las masas hasta que la drag queen Ru Paul llegó con su reality show Drag Race a la televisión en 2009, e incluso así sigue siendo objeto de discriminación en muchas partes.

Una familia de artistas

Sin ser perfecta, la comunidad LGBT+ busca la inclusión y la evolución constante de su lucha, pero en el movimiento drag este sentido de darle la bienvenida a otros y hacerlos sentir en casa toma una forma bastante literal, pues es común que, en específico entre las drag queens, una “madre”, una drag queen con experiencia, adopte a una “hija”, alguien que apenas está iniciando, y le guíe por este mundo.

Este apoyo suele estrechar los lazos entre todos los miembros de la comunidad drag de una ciudad y permite que los nuevos se liberen y comiencen a madurar el concepto de su performance con mayor facilidad.

Cada drag, entonces, plantea su personaje —que puede o no dejar sobre el escenario— de muy distintas formas y es así que nos encontramos con espectáculos que van desde lo más dramático hasta lo más cómico, con aquellos que se decantan más por lo teatral o por el canto o por el stand-up, basados en otros artistas, en la cultura pop, en el anime, en los videojuegos, en libros o en lo que sea que apasione a su creador.

El drag en Saltillo

Su presencia en la capital coahuilense es incipiente. Apenas hace dos años, en mayo, se celebró el Dragchella, un espectáculo organizado por Next Drag Super Star Saltillo en el bar Street 23, donde participó la drag queen Job Star, originaria de esta ciudad, quien a su vez formó parte de la segunda edición del reality mexicano La Más Draga.

Antes del Super Star era casi nula la actividad que tenían pero más o menos por esas mismas fechas el escritor Livio Ávila comenzó su camino con el apoyo de Job Star y ahora, con su drag queen Momo VMÁS tuvo la oportunidad de platicar con él.

“Momo es un personaje que yo cree. Como escritor hago personajes en la ficción pero por primera vez me atrevía a representar un personaje”, expresó, “no tiene una forma única, cada vez que se presenta ante el público tiene una diferente faceta o personalidad pero al final tiene una esencia que es la mía”.

Ávila nos contó que cuando en 2017 puso en escena un espectáculo del Rocky Horror Picture Show, donde interpretó al dr. Frank N. Furter, no sabía que eso era drag, pero “me gustó tanto la experiencia que la quise replicar dentro de un personaje mío y así surgió Momo”.

Reconoce que al principio, cuando quiso involucrarse con la comunidad drag saltillense, tenía sus reservas pero descubrió que “es una familia muy abierta, me abrieron las puertas. Todos vamos aprendiendo y desarrollándonos sobre la marcha”.

“Este oficio es muy de artesanía y lo vas puliendo cada que te presentas, entonces como que todos estamos empáticos y aquí hay mucho talento de drag queen”, agregó.

Aclara que antes de las plataformas que ha impulsado Next Drag Super Star ya había drag queens en Saltillo pero fue este proyecto el que abrió las puertas al talento, incluido el suyo, pues fue en uno de sus shows donde conoció por primera vez a una drag queen más allá de lo que se veía en televisión.

Discriminación dentro y fuera

La lucha por erradicar formas de pensamiento que coartan las libertades de otros sucede también dentro de la comunidad, pues existen opiniones que consideran esta estrafalaria expresión como algo que “hace quedar mal al resto”.

Livio comenta al respecto que “yo he tenido muy buena aceptación y comentarios pero también he conocido personas que tienen ciertos prejuicios, como de una cultura heteronormada, como que al final están un poco cerrados a eso”.

A pesar de esto comentó que, para su sorpresa, la presencia de las drag queen en Saltillo sería más polémica, pero señala que “obviamente hay segmentos, personas, que no les gusta. Como que dicen que no representa a su comunidad por ser algo afeminado, por ser algo que no es normal”.

Si bien los espectáculos que se han realizado en Saltillo han sido para el público que ya conoce y gusta de esto, lo que ha evitado una confrontación directa con una audiencia más general, señala que al menos las instituciones, como la Secretaría de Cultura de Coahuila, están abiertas a la inclusión, pues lo invitaron como Momo a dar un taller de maquillaje como parte de su programa de actividades virtuales La Cultura nos une en línea, en el cuál pronto volverá a participar.

“Mientras se abran esas áreas va a empezar a permear, porque no es lo mismo en el escenario que ya para otro público”, comentó, “cada drag queen tiene una forma distinta de hacerlo y eso es lo valioso, porque por ejemplo yo con Momo —basado en e libro de Michael Ende— uso el bagaje de la literatura y el teatro, pero hay otros que cantan, que bailan, otros que incluso hacen comedia y yo creo que eso va a empezar a cubrirse y será un fenómeno muy divertido y se va a aceptar bien”.

Drag no-binario

Hacer drag es más que vestirse del sexo opuesto. Esta expresión es un performance que en ocasiones llega a ignorar toda convención de género, aunque popularmente se le conozca como la exageración de los rasgos femeninos o masculinos —en el caso de los drag kings—.

Entonces nos encontramos con drag queens interpretadas por mujeres cisgénero —que se identifican con su sexo biológico— y transgénero, así como los drag kings, mujeres que exageran los rasgos masculinos, donde también puede haber artistas hombres cis y trans; todo esto independientemente de su orientación sexual, cabe aclarar, pues los hay tanto homosexuales como heteros, como bisexuales o asexuales.

El tema es polémico y shows como Ru Paul Drag’s Race han sido cuestionados por solo incluir  a hombres en sus programas, mientras que en México una de las drag más populares del show La Más Draga, Alexis 3XL —quien se presentó en Saltillo en 2019—, es una mujer cisgénero.

“Ru Paul hizo mainstream algo que solo había en bares, y eso se le agradece, pero empezó a estandarizar el drag, nunca meten mujeres, hace poco metieron a una mujer trans, pero como que está demasiado limitado a los hombres”, expresó Livio.

“Yo estoy de acuerdo con que se empiece a abrir, pues esto también se podría convertir en discriminación. ‘No, es que el drag es para hombres’, pues volvemos a la misma sociedad falocéntrica, machista y dentro del queer también podría haber machismo si no se abre ese aspecto”, agregó.